Hace 14 años | Por Mountains a rebelion.org
Publicado hace 14 años por Mountains a rebelion.org

En las siguientes citas descubrimos que lo que escribió Adam Smith en los años de 1770 no está tan alejado de lo que escribieron Karl Marx y Friedrich Engels setenta años después, en el famoso Manifiesto comunista.

Comentarios

angelitoMagno

Pues claro, ambos teorizaron y analizaron un mismo sistema económico. La diferencia es que Adam Smith afirmaba que el capitalismo era, a pesar de todo, bueno para la globalidad del conjunto de la sociedad, aunque se base en principios egoístas:

Es decir, la búsqueda del beneficio individual lleva al beneficio colectivo:
"Cada individuo está siempre esforzándose para encontrar la inversión más beneficiosa para cualquier capital que tenga [...] Al orientar esa actividad de modo que produzca un valor máximo, él busca sólo su propio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en su propósitos [...] Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentase fomentarlo."

La diferencia está en que Marx y Engels pronosticaron que el capitalismo colapsaría (llevamos 150 años esperando), mientras que Smith no solo no hablaba este colapso, sino que aseguraba que el capitalismo era la causa de "La riqueza de las naciones"

Pd: Como se ha dicho muchas veces, el problema de Marx fue no pronosticar la eclosión y triunfo de las clases medias (obreros con capacidad consumista), que prácticamente han sustituido a las clases propietarias "clásicas"

c

El problema es que el "liberalismo" que defienden los capitalistas actuales no es el capitalismo del que hablaba Adam Smith:
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2397
Cómo falsean la historia política de Occidente los neoliberales
El hecho de que los neoliberales de nuestros días se proclamen descendientes intelectuales de Adam Smith hace necesaria la tarea de restaurar una perspectiva histórica más adecuada. Pues su concepto de "mercados libres" es la antítesis del de Smith. Es el opuesto del de los economistas clásicos, de la línea que, pasando por John Stuart Mill y Karl Marx, llega a las reformas sociales de la Era Progresista, que buscaron la creación de mercados libres y emancipados de las exigencias extractivas rentistas de unos intereses especiales, cuyo poder institucional se remontaba a la Europa medieval y a la época de conquistas militares.

Los escritores económicos entre los siglo XVI y XX reconocieron que los mercados libres precisaban de supervisión pública para prevenir la formación monopólica de precios y otros costosos lastres impuestos por el privilegio. En cambio, los ideólogos neoliberales de nuestros días son peritos en relaciones públicas que abogan a favor de intereses creados presentando al "mercado libre" como un mercado "libre" de regulación pública., "libre" de protección anti-trust, y aun "libre" de protección anti-fraude (como revela la negativa de la SEC a proceder contra Madoff, Enron, Citibank, etc.). El ideal neoliberal de los mercados libres es, pues, básicamente, el del ladrón en el malversador bancario, que suspira por un mundo sin policía en el que pueda gozar de la libertad suficiente como para chupar sin estorbos el dinero ajeno.

Los Chicago Boys descubrieron en Chile que los mercados libres para finanzas predatorias y privatizaciones privilegiadas no podían imponerse sino a punta de pistola. Esos apologistas del libre mercado en Chile cerraron todos los departamentos académicos de ciencia económica, todas las universidades de ciencias sociales, salvo la Universidad Católica en la que los Chicago Boys tenían vara alta. Con la Operación Cóndor se detuvo, exilió o asesinó a decenas de miles de académicos, intelectuales, dirigentes sindicales y artistas. Sólo merced a un control totalitario del curriculum académico y de los medios de comunicación públicos, respaldado por una policía secreta y un ejército de todo punto activos lograron imponerse los "mercados libres" de impronta neoliberal. La privatización a punta de pistola resultante fue un ejercicio de lo que Marx llamó en su día "acumulación primitiva": confiscación del dominio público por parte de unas elites políticas respaldadas por la fuerza de las armas. Es el estilo de libre mercado de Guillermo el Conquistador o de Yeltsin el Cleptócrata: parcelada la propiedad, se procede a su distribución entre los compinches del caudillo político o militar.

Justo todo lo contrario del tipo de mercados libres que Adam Smith tenía en mente cuando alertó de que los empresarios raramente se juntan, si no es para conspirar y buscar vías de encarrilar los mercados conforme a su propia ventaja. Un problema, éste, que no inquietaba lo más mínimo al señor Greenspan o a los editorialistas New York Times y del Washington Post. No existe el menor parentesco los ideales neoliberales de éstos y los ideales de los filósofos políticos de la Ilustración. La promoción de unos mercados "libres" para que los poseedores de información privilegiada se repartan entre sí el dominio público monta tanto como bajar un Telón de Acero intelectual sobre la historia del pensamiento económico.

Los economistas clásicos y los progresistas norteamericanos tenían en sus miras programáticas mercados libres en sentido de emancipados de rentas e intereses económicos: libres, pues, de los costes cargados por el rentista y del lastre económico de la tramposa formación monopólica de precios; libres de renta agraria y del interés pagado a banqueros y otros institutos financieros; y libres de unos impuestos que no sirven sino para sostener a una oligarquía. Los gobiernos tenían que fundar sus sistemas fiscales gravando la "barra libre" de la renta económica, comenzando por la dimanante de los emplazamientos favorables suministrados por la naturaleza y a los que la inversión pública en transportes y otras infraestructuras, y no los esfuerzos de los terratenientes, da valor de mercado.

Fingolfin

Rebelion.org acaba descubrir que el capitalismo y el liberalismo económico pretenden hacer un mundo mejor y más justo. Un primer paso muy común en el muy transitado camino de conversión de marxistas a liberales...

Kartoffel

#7 No se infiere una "función general de utilidad" similar a la 2ª ley de Newton (por ejemplo), sino que, para cada consumidor, habrá una función de utilidad para cada bien¹; un bien X tiene una utilidad para el actor Y si el actor Y está dispuesto a hacer algo para conseguirlo.

¹ Para simplificar, se dice que hay una función escalar (ℝ^n → ℝ) para cada consumidor; sus componentes serían las funciones de utilidad para cada bien: http://es.wikipedia.org/wiki/Utilidad_marginal

Kartoffel

#9 ¿Y la relación es... ?

Una pista: Brad DeLong es un economista neoclásico bastante genérico (y prestigioso). Así que sacar sus palabras de contexto podría funcionar en otro objetivo, pero precisamente en los conceptos fundamentales de la economía neoclásica, lo dudo mucho. Los gases ideales o la física newtoniana también describen mundos ideales que no son la realidad, y no obstante explican bastante bien los fenómenos que se proponen explicar.

D

... Y al final Marx acaba casi defendiendo el esclavismo del trabajador, la alienación que al principio parecía criticar ... Claro que él le cambia el fin ... pero al fin y al cabo el trabajador sigue siendo un medio y no un fin en si mismo.

Wilder

#12 ¿Quien define la función de utilidad? El mercado. Y el mercado depende totalmente de miles de decisiones de individuos ¿La podemos ver como vemos al sol o la luna? Claro que no podemos ver el mercado, pero podemos medir el resultado de las miles de decisiones. Aunque es verdad que el mercado no busca crear un beneficio social, aunque muchas veces lo logra.

Toda teoria economica es discutible, como cualquier ciencia. Sino, dime porque existe el Debate sobre el cálculo económico en el socialismo:

http://es.wikipedia.org/wiki/Debate_sobre_el_c%C3%A1lculo_econ%C3%B3mico_en_el_socialismo

Wilder

#7 Es la media del beneficio de todos. Bastante bien explicada por #8.

Wilder

El mercado busca repartir unos bienes escasos de la forma mas eficientemente posible.

ikusiarte

#5 Eso de la "utilidad total que obtiene la sociedad", es muy interesante. Pero me gustaría conocer la función que representa esa utilidad social de la que hablas. Más que nada para evaluar la utilidad social de mis actos.

Por cierto, ¿Cómo han inferido la función de utilidad social? ¿Experimentando con chimpancés? ¿Sondas cerebrales masivas?

ikusiarte

#8 Relacionado con lo que dices, http://www.project-syndicate.org/commentary/delong90/Spanish

"Los economistas se han pasado la vida intentando formular teorías que explicaran los rasgos sobresalientes de la realidad que podría surgir, si de verdad viviéramos en su mundo ideal, pero, como no es así, su empresa teórica es de dudosa utilidad. Es como describir cómo hornear una deliciosa tarta de boda sólo con miel, bicarbonato sódico y berenjena cruda."

ikusiarte

#11 El problema reside en que no conocemos estas funciones de utilidad. Y como la utilidad marginal se refiere a la utilidad adicional producida por el incremento de la variable que estamos midiendo, en este caso, la actividad empresarial, decir que esta actividad empresarial aumenta la utilidad global, es no decir nada:

-¿Quien define la función de utilidad social? ¿La podemos ver como vemos al sol o la luna?
-No me negarás, que esa misma actividad empresarial puede producir otros efectos, que al mismo tiempo puedan ser variables de una función de utilidad social, pero en negativo: Cada unidad adicional de "negocio" aumenta la utilidad social, pero cada unidad adicional de contaminación de los ríos, disminuye la utilidad social.

En cualquier caso: "Es como describir cómo hornear una deliciosa tarta de boda sólo con miel, bicarbonato sódico y berenjena cruda."

La economía es una ciencia social. No es comparable a la física, física o matemática. Las personas somos libres para seguir o no, los modelos económicos que se supone definen nuestros actos.

Por tanto, si queremos saber qué es lo mejor para uno o para todos, lo que hay que hacer es bien sencillo: PREGUNTAR. La ciencia económica se ha utilizado como pretexto, para no preguntar, y dar por supuesto que lo bueno para los ricos, es lo bueno visto desde el punto de vista de la utilidad agregada. El banco central europeo, es el más claro ejemplo.