Para mucha gente hablar por el móvil, cocinar en el microondas o conducir un coche puede ser parte de su vida corriente, más aún en el siglo en el que estamos. Pero estas simples tareas son imposibles para Debbie Bird, porque es alérgica a este tipo de vida moderna. Esta mujer de 39 años es demasiado sensible a los campos electromagnéticos creados por ordenadores, móviles, microondas e incluso algunos coches, hasta tal punto que padece de dolores intensos en su piel y sus pestañas crecen tres veces su tamaño debido a la reacción alérgica.