Hace 5 años | Por --546793-- a clarin.com
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Aurora, pero también Lucifer, Comunardo y hasta Hiena. Esos son algunos de los nombres que muchos de los anarquistas de principios del siglo pasado les pusieron a sus hijos. Lo hacían con un sentido libertario y para evitar lo bíblico o cristiano. Atea y Descanso Dominical, por ejemplo, son parte de la troupe en ese sentido. Universo, Idilio y Progreso se suman a la onomástica desde el idealismo.