El convento de San Clemente cobija en una de sus fachadas el testimonio gráfico que el autor de las Rimas dejó en la ciudad de Toledo, junto a su compañero de andanzas Yldefonso Núñez de Castro. El hecho pudo ocurrir en la segunda mitad de 1857, cuando su proyecto editorial de la Historia de los Templos de España, comenzado con entusiasmo unos meses antes, parece venirse abajo. El autógrafo, a lápiz, se halla a más de cinco metros de altura, tiene unos 35 centímetros de longitud.
Comentarios
Yo me esperaba de Bécquer por lo menos un graffiti del estilo de Éste es mi rollo
Éste es mi rollo
bigeyedeer.wordpress.comQue pague la limpieza el melenudo ese, coño.