Algo huele a podrido en las cajas andaluzas. Las recientes acciones legales anunciadas tanto por Cajasol como por Cajasur contra sus ex directivos y mascarones tipo Sandokán, lejos de blanquear su imagen, amenazan con destapar la caja de los truenos. En un contexto de endurecimiento crediticio, con una fuerte exposición al ladrillo y con el BdE y la Fiscalía Anticorrupción al corriente de sus irregularidades, fuentes cercanas a las cajas advierten con asombro y preocupación que “la caja de Pandora se sabe cómo se abre, pero no cómo se cierra."
Comentarios
“Una situación financiera precaria, balances maquillados, una tasa de mora preocupante, abultados créditos de dudoso cobro concedidos a ladrilleros y actas del Banco de España que no se cumplen sin que pase nada”, son sólo la punta del iceberg del rosario de irregularidades que señalan fuentes muy cercanas a la entidad. Amén de “los agujeros de Cajasur”. A saber: “la Obra Social, su grupo de empresas y su inmovilizado”.
La cosa acojona...