La fiebre por el oro, intensificada por la crisis económica mundial, se ha convertido en la tragedia de la selva amazónica, enfrentada a la deforestación y a la contaminación del aire y sus fuentes de agua con toneladas de mercurio tóxico. A medida que el precio del oro rompe récords internacionalmente al ser considerado una opción de inversión más segura, la cantidad de mineros independientes en la provincia peruana de Madre de Dios se ha expandido a 40.000. Como resultado, el aire se contamina y los árboles son talados.
Comentarios
tan idiotizada esta la humanidad, que dan mas valor al vil metal que a un arbol?
¿Cazadores? Más bien buscadores, ¿no?