Edmundo Rodríguez Sobrino, el hombre fuerte de Ignacio González en los negocios del Canal de Isabel II en Suramérica, compró al contado un apartamento en República Dominicana -escriturado a nombre de su hija- mientras se llevaba a cabo el presunto “saqueo” de una empresa colombiana (Triple A de Barranquilla) controlada accionarialmente por la filial con la que la empresa pública madrileña ejecutó su expansión en diversos países latinoamericanos (Inassa).