Parece que la campaña llevada a cabo por la asociación alemana Foodwatch, con la finalidad de que la directiva de Deutsche Bank se concienciara con la actual situación económica mundial y dejara de utilizar los alimentos como productos financieros considerados altamente especulativos, no ha tenido mucho calado.
Y llegará el día en el que un pobre desgraciado del tercer mundo (o del primero) se enterará de por qué está pasando hambre y empujado por el fanatismo, que no es mas que un hijo bastardo de la desesperación, se pondrá un chaleco de explosivos y volará vete tú a saber qué y entonces alguien se rasgará las vestiduras y maldecirá el maldito terrorismo internacional.
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Y llegará el día en el que un pobre desgraciado del tercer mundo (o del primero) se enterará de por qué está pasando hambre y empujado por el fanatismo, que no es mas que un hijo bastardo de la desesperación, se pondrá un chaleco de explosivos y volará vete tú a saber qué y entonces alguien se rasgará las vestiduras y maldecirá el maldito terrorismo internacional.