Un ejecutivo, con mochila, sube las escaleras del metro, sale a la calle, recorre unos metros hasta alcanzar otro tramo de un galimatías de subidas y bajadas de un conocido centro financiero, y al llegar arriba entrega a un necesitado, que a temprana hora está pidiendo, el desayuno.
Comentarios
No se puede sintetizar mejor la realidad hacia le que nos quieren abocar algunos, en estas lucidas y escuetas líneas.
¿qué chorrada es esta?
El bluf del puf que hace catapluf.
La vida sin "sofá" es otra cosa.
Lógico. Hay cosas tan efímeras que sólo sirven para un rato.
¿En serio encontrais esto digno de la portada de Menéame? ¿Pero en qué se ha convertido esta página?
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La vida y el trabajo sobre todo no se solucionan a golpe de sofà.
#5 Para según quien, el sofá y los despachos son su única inquietud, solo que ésta vez cierto despacho en el ayuntamiento se le está complicando.