Hace 14 años | Por Claustronegro a fotomaf.com
Publicado hace 14 años por Claustronegro a fotomaf.com

[C&P] Hay que reconocer que lo primero que notamos nada más descender de ese avión que nos llevó desde Bogotá hasta Pereira fue la humedad. Qué diferencia. No era comparable con la que más tarde viviríamos en Santa Marta, pero, oye, que atizaba bien. El descenso del avión era de película. Como si estuviéramos viviendo dentro de una película (sí, ya sabemos que estábamos dentro de un reality… es una metáfora). Tuvimos la sensación de despegar en Bogotá (a 2.500 metros), agarrar un pelín de altura y dejarnos caer…