En torno a 1929 y 1934 el arzobispo de Zaragoza, Rigoberto Domenech, quiso inscribir a nombre de la diócesis la basílica del Pilar y la catedral de la Seo, pero tal pretensión le fue denegada. El artículo 5 del Reglamento Hipotecario ha dado lata a la Iglesia desde hace tiempo, como puede verse, porque le impedía registrar como suyos los templos de culto. Con la dictadura de Franco...
Comentarios
Que los matriculen a su nombre. Sin problemas. Pero que a partír de ahora paguen también el IBI.
¿ Y yo puedo "inmatricular" edificios a mi nombre para luego venderlos ? ¿ O es solo la iglesia ? ¿ Y si fundo una religión ?
Ya llegará el tiempo de desamortizar.