El gato que llevó Fernando Sanchez Dragó a su último programa de DIARIOS DE LA NOCHE murió y a sido homenajeado por su amo con una esquela y un poema. Entre los apoyos recibidos se encuentra el de su Amigo Pedro J. Ramirez
#2:
Asqueroso, repugnante e inhumano el artículo de Pérez de Albéniz, en mi opinión. Espero tenerlo muy presente en el futuro.
Y el titular de la noticia es vergonzoso además de tener una falta de ortografía muy clarificadora, porque hay que ser muy analfabeto para poner esa "a" sin hache.
Si nunca se os ha muerto un animal, un compañero de esos. Si nunca habéis llorado por un perro, un gato, incluso un canario o un hámster, tenéis una carencia afectiva muy grande, en mi opinión.
Respetar el dolor ajeno y saber llorar la muerte de un animal son muestras de cultura y civilización. En España tenemos mucho demasiado por aprender todavía.
Asqueroso, repugnante e inhumano el artículo de Pérez de Albéniz, en mi opinión. Espero tenerlo muy presente en el futuro.
Y el titular de la noticia es vergonzoso además de tener una falta de ortografía muy clarificadora, porque hay que ser muy analfabeto para poner esa "a" sin hache.
Si nunca se os ha muerto un animal, un compañero de esos. Si nunca habéis llorado por un perro, un gato, incluso un canario o un hámster, tenéis una carencia afectiva muy grande, en mi opinión.
Respetar el dolor ajeno y saber llorar la muerte de un animal son muestras de cultura y civilización. En España tenemos mucho demasiado por aprender todavía.
¡Qué hipocresía la de Javier Pérez de Albéniz! Él es el mismo que escribió esto:
“Taurinos y asesinos de mujeres siguen una pasión desbordante, irracional, que les arrastra a eliminar lo que aman. Lo que supuestamente aman. El marido asesino jura matar por amor. El torero y el aficionado taurino juran querer al toro sobre todas las cosas, pese a que sueñan con su muerte violenta como única culminación posible a una vida herbívora.”
Y hoy se ríe del dolor de Dragó por la muerte de su gato. Insisto: asqueroso.
Que me crujan a negativos si no es normal sufrir cuando un ser cercano se nos va, que no me importara.
Una gran falta de respeto la de este articulo, cada uno sufre por lo que le da la gana, ya que el objeto dolor no quita que sea mas o menos doloroso.Repito, me parece una gran falta de respeto, cuando se va alguien querido te importa una mierda todo lo demas, aunque sea un gato,un hamster o una cucaracha.
Quiza Dragó no sea santo de mi devocion, pero no veo necesario jugar con un ser querido suyo para hacerle ver al mundo lo mal que le cae.
Hombre, yo también he tenido mascotas, y entiendo que Dragó sintiera afecto por su gato y que fuera muy importante para él. Pero tampoco hace falta exhibirlo en público, es un tema totalmente irrelevante salvo para él mismo.
Por otra parte, decir que es "el ser más noble, más bueno, más simpático, más sensible, más inteligente e, incluso, más guapo que he conocido" (el ser, no el animal), o realmente ha tenido muy mala suerte con la gente que ha conocido, o desprecia bastante a la gente con la que trata.
Acabo de leer uno de los articulos mas asquerosos y con mas mala leche de mi vida, hay que ser muy malo para aprovechar esto para hacer leña del arbol caido.
Pérez de Albéniz has demostrado no tener sentimientos. Si Dagró te cae mal, dale caña mañana; pero hoy respeta su dolor, aunque como pone sea "un puto gato de mierda".
P.D: Hubiera preferido conocer al gato que al sujeto del articulo.
Excepto el insulto al pobre gato del final, me parece un artículo muy lúcido. Hay que estar muy sonado no ya para hacer esas cosas (que cada uno es muy libre de sentir y de escenificar como mejor le parezca), no ya para pensar que son interesantes como para contarlas (que uno está ofuscado por la pena en situaciones así) sino para dar el visto bueno a su publicación: Pedro J. Ramírez es responsable de uno de los mayores ridículos de Sánchez Dragó.
Y los cuernos de Emma Bovary a su marido Charles sólo le importaban a Flaubert.
En cuanto a lo del desprecio a la gente, tal vez sea porque la gente se empeña en convencerme de que, cuanto más los conozco, más aprecio a mi perro como dijo Churchill, si no me equivoco.
A mi el artículo de Albeniz me parece bastante acertado, ya que hace referencia a algo que sí indica grandes carencias afectivas e incomprensión de la lógica natural: la personificación de un animal. Yo tengo gato y no es el primero, tuve perros, periquitos, peces y probablemente algún otro tipo de animal que no recuerde. Su muerte da pena, lógico, pero nunca estuve en un estado de ánimo que se identifique con lo que narra Dragó en http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=90293 identificando la muerte de su gato con Auschwitz. Porque, ¿dónde está el límite entre un animal del cual es lógico llorar (literalmente) su muerte y uno que no? ¿es lógico llorar a la muerte de un gato? ¿y de un pájaro? ¿y de un lagarto? ¿y de una mosca? ¿y de un grillo? ¿y de una libélula? ¿y de uno de los miles de ratones de laboratorio que han tenido que sacrificar para llegar a descubrir las vacunas que nos ponemos? ¿y de todos y cada uno de los mosquitos que todos los días se empotran en el parabrisas del coche cuando vais por la autopista?
Ahora si queréis llenadme a negativos. Yo comprendo perfectamente la pena que se puede sentir a la muerte de un animal con el te unen lazos afectivos, máxime si esa muerte se ha producido por un descuido tuyo. Pero comparar la muerte de un gato con la muerte de una persona, o con el holocausto judío es, cuando menos, acojonante y obsceno.
Es una muestra de exhibicionismo en estado puro. Y lo de Auschwitz, en fin, sin comentarios. Me parecía un poco exagerado, pero ahora sí entiendo el tono del artículo de Pérez de Albeniz.
Bulería:
Algo se muere en el alma cuando mi gato se va
cuando mi gato se va algo se muere en el alma
cuando mi gato se va algo se muere en el alma
cuando mi gato se va.
Cuando mi gato se va, se va dejando una huella
que no se puede borrar
se va dejando una huella que no se puede borrar.
No te vayas todavía no te vayas por favor
no te vayas todavía que hasta la guitarra mía llora
cuando dice adiós.
ársa, salero¡¡¡
y conste que no es por el gato, no...
Comentarios
Asqueroso, repugnante e inhumano el artículo de Pérez de Albéniz, en mi opinión. Espero tenerlo muy presente en el futuro.
Y el titular de la noticia es vergonzoso además de tener una falta de ortografía muy clarificadora, porque hay que ser muy analfabeto para poner esa "a" sin hache.
Si nunca se os ha muerto un animal, un compañero de esos. Si nunca habéis llorado por un perro, un gato, incluso un canario o un hámster, tenéis una carencia afectiva muy grande, en mi opinión.
Respetar el dolor ajeno y saber llorar la muerte de un animal son muestras de cultura y civilización. En España tenemos mucho demasiado por aprender todavía.
¡¡¡Categoría Gatos Ya!!!
¡Qué hipocresía la de Javier Pérez de Albéniz! Él es el mismo que escribió esto:
“Taurinos y asesinos de mujeres siguen una pasión desbordante, irracional, que les arrastra a eliminar lo que aman. Lo que supuestamente aman. El marido asesino jura matar por amor. El torero y el aficionado taurino juran querer al toro sobre todas las cosas, pese a que sueñan con su muerte violenta como única culminación posible a una vida herbívora.”
Y hoy se ríe del dolor de Dragó por la muerte de su gato. Insisto: asqueroso.
Que me crujan a negativos si no es normal sufrir cuando un ser cercano se nos va, que no me importara.
Una gran falta de respeto la de este articulo, cada uno sufre por lo que le da la gana, ya que el objeto dolor no quita que sea mas o menos doloroso.Repito, me parece una gran falta de respeto, cuando se va alguien querido te importa una mierda todo lo demas, aunque sea un gato,un hamster o una cucaracha.
Quiza Dragó no sea santo de mi devocion, pero no veo necesario jugar con un ser querido suyo para hacerle ver al mundo lo mal que le cae.
Vale, acabo de leer un motivo claro para no volver a entrar en soitu.es mas, el que ha escrito esa entrada es un gilipollas con todas las letras
Hombre, yo también he tenido mascotas, y entiendo que Dragó sintiera afecto por su gato y que fuera muy importante para él. Pero tampoco hace falta exhibirlo en público, es un tema totalmente irrelevante salvo para él mismo.
Por otra parte, decir que es "el ser más noble, más bueno, más simpático, más sensible, más inteligente e, incluso, más guapo que he conocido" (el ser, no el animal), o realmente ha tenido muy mala suerte con la gente que ha conocido, o desprecia bastante a la gente con la que trata.
Acabo de leer uno de los articulos mas asquerosos y con mas mala leche de mi vida, hay que ser muy malo para aprovechar esto para hacer leña del arbol caido.
Pérez de Albéniz has demostrado no tener sentimientos. Si Dagró te cae mal, dale caña mañana; pero hoy respeta su dolor, aunque como pone sea "un puto gato de mierda".
P.D: Hubiera preferido conocer al gato que al sujeto del articulo.
Soseki "ha" muerto, con 'H'.
Excepto el insulto al pobre gato del final, me parece un artículo muy lúcido. Hay que estar muy sonado no ya para hacer esas cosas (que cada uno es muy libre de sentir y de escenificar como mejor le parezca), no ya para pensar que son interesantes como para contarlas (que uno está ofuscado por la pena en situaciones así) sino para dar el visto bueno a su publicación: Pedro J. Ramírez es responsable de uno de los mayores ridículos de Sánchez Dragó.
Y los cuernos de Emma Bovary a su marido Charles sólo le importaban a Flaubert.
En cuanto a lo del desprecio a la gente, tal vez sea porque la gente se empeña en convencerme de que, cuanto más los conozco, más aprecio a mi perro como dijo Churchill, si no me equivoco.
Qué hipocresía la de Dragó: mucho llorar por su gato, pero luego le encantan las corridas de toros.
Sánchez Dragó: "Los antitaurinos confunden el toreo con el españolismo y el franquismo" (¿?)
Sánchez Dragó: "Los antitaurinos confunden el...
20minutos.es#3 Por no mencionar que a "Españoles!!" Le falta una exclamación al principio, y le sobra una al final.
A mi el artículo de Albeniz me parece bastante acertado, ya que hace referencia a algo que sí indica grandes carencias afectivas e incomprensión de la lógica natural: la personificación de un animal. Yo tengo gato y no es el primero, tuve perros, periquitos, peces y probablemente algún otro tipo de animal que no recuerde. Su muerte da pena, lógico, pero nunca estuve en un estado de ánimo que se identifique con lo que narra Dragó en
http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=90293 identificando la muerte de su gato con Auschwitz. Porque, ¿dónde está el límite entre un animal del cual es lógico llorar (literalmente) su muerte y uno que no? ¿es lógico llorar a la muerte de un gato? ¿y de un pájaro? ¿y de un lagarto? ¿y de una mosca? ¿y de un grillo? ¿y de una libélula? ¿y de uno de los miles de ratones de laboratorio que han tenido que sacrificar para llegar a descubrir las vacunas que nos ponemos? ¿y de todos y cada uno de los mosquitos que todos los días se empotran en el parabrisas del coche cuando vais por la autopista?
Ahora si queréis llenadme a negativos. Yo comprendo perfectamente la pena que se puede sentir a la muerte de un animal con el te unen lazos afectivos, máxime si esa muerte se ha producido por un descuido tuyo. Pero comparar la muerte de un gato con la muerte de una persona, o con el holocausto judío es, cuando menos, acojonante y obsceno.
Insisto, el asqueroso es Dragó.
#15 Gracias por el enlace.
Es una muestra de exhibicionismo en estado puro. Y lo de Auschwitz, en fin, sin comentarios. Me parecía un poco exagerado, pero ahora sí entiendo el tono del artículo de Pérez de Albeniz.
El último vídeo de Soseki con vida:
"La grandeza de un pueblo y su estatura moral pueden medirse por la manera en que tratan a sus animales."
Mahatma Gandhi
Bulería:
Algo se muere en el alma cuando mi gato se va
cuando mi gato se va algo se muere en el alma
cuando mi gato se va algo se muere en el alma
cuando mi gato se va.
Cuando mi gato se va, se va dejando una huella
que no se puede borrar
se va dejando una huella que no se puede borrar.
No te vayas todavía no te vayas por favor
no te vayas todavía que hasta la guitarra mía llora
cuando dice adiós.
ársa, salero¡¡¡
y conste que no es por el gato, no...