Hace unas semanas biólogos alemanes del Instituto Alfred Wenger realizaron un experimento en el Atlántico sur destinado a luchar contra el calentamiento global. Y la cosa salió mal. El experimento consistía en arrojar hierro al océano para estimular el crecimiento de las algas, ya que estas plantas necesitan este elemento, relativamente escaso en los océanos, para realizar la fotosíntesis, proceso mediante el cual convierten la luz solar en energía. Intentarán reproducir el ciclo de las algas verdes que podrían salvar el mundo del calentamiento global (ING)
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