Hace 11 años | Por --211166-- a elpais.com
Publicado hace 11 años por --211166-- a elpais.com

Hay unas 350 mujeres encarceladas. Alrededor de 350 mujeres cumplen condena en las cárceles españolas. Y, sólo en Madrid, pasan de cuatrocientas las que viven una situación parecida, de privación de libertad, en las instituciones del Patronato de Protección a la Mujer. Un tanto por ciento alto de unas y otras -las segundas, menores de veinticinco años- son madres. Y la gran mayoría deben...

Comentarios

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#5 Es que la historia no tiene porque ser con fecha actual, digo yo que para eso estaría en actualidad.

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#6 Su lugar entonces es "hemeroteca" para evitar subir meneos con titulares confusos.
No terminar las entradillas para provocar leer el contenido es también bastante molesto.

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#7 La historia va en la categoría historia.

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#8 quizás en ambas

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#0 Errónea la categoría cultura/historia

Usar categorías incorrectas puede ser considerado "abuso"

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#1 Es la historia de España sobre abortos en 1977. Como parece que hay gente que cree que esto no paso lo subo.

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#2 Añadir 1977 en la entradilla o en las etiquetas lo hubiera evitado.

ForeverAndEverAlone

Hay que descatolizar este país. ¿Las cárceles femeninas y los centros de reinserción están controlados por ordenes religiosas? ¿Somos cavernícolas o qué?

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#4 Es muy común las órdenes religiosas para sometimiento de la mujer.

Te aconsejo las hermanas de la Magdalena, película basada en hechos reales sobre uno de estos centros de detención de mujeres de la época.

Es una película dura, donde se metía en el centro a cualquier mujer que moelstase, se saliera de la norma o se quedase embarazada.

Maltratos por parte de las monjas, humillación, violaciones del párroco...

Esto era la sociedad hasta no hace mucho: recordemos la monja roba bebés por su ideología asquerosa.

Muchos desean esto de nuevo, pero hay que luchar contra las sectas.

Sobre todo por las mujeres, que son la grandes desgraciadas de las religiones mayoritarias del mundo: su papel es meramente de perro.

No hay cosa que me sorprenda más que una mujer católica, es como ponerte la correa al cuello.