Sobre la mesa de su salón parisiense, Stéphane Hessel guarda un ejemplar de EL PAÍS en el que aparece una foto con jóvenes españoles indignados. Pertenece a los primeros días de la convocatoria de una ola de manifestaciones bajo el título de su libro, que va camino de vender 400.000 ejemplares en España y que ha alcanzado los dos millones en Francia.
A ver con todos los respetos a este señor y a su vida y trabajo: Indignados es un apodo que nos ponen para que suene fino lo que en realidad pensamos, que es más o menos que estamos hasta el coño o polla, según se prefiera, y que porque estamos bien educados y sabemos que la violencia no funciona, que si no empezaríamos a tirar pepinos y ha invadir comisarías; por lo tanto el termino no me gusta y es que además me suena a señora mayor pija del barrio de Salamanca en Madrid. Intuyo que por eso le gusta tanto a El País, ese periódico tan progresista como sus redactores y contertulios = 0. Están más preocupados por el numero de libros que han vendido gracias a sus publireportajes que por ofrecer una visión veraz, veloz y poco sesgada de la realidad de las protestas y movilizaciones.
Comentarios
"Comprometeos", próximamente en sus librerías.
A ver con todos los respetos a este señor y a su vida y trabajo: Indignados es un apodo que nos ponen para que suene fino lo que en realidad pensamos, que es más o menos que estamos hasta el coño o polla, según se prefiera, y que porque estamos bien educados y sabemos que la violencia no funciona, que si no empezaríamos a tirar pepinos y ha invadir comisarías; por lo tanto el termino no me gusta y es que además me suena a señora mayor pija del barrio de Salamanca en Madrid. Intuyo que por eso le gusta tanto a El País, ese periódico tan progresista como sus redactores y contertulios = 0. Están más preocupados por el numero de libros que han vendido gracias a sus publireportajes que por ofrecer una visión veraz, veloz y poco sesgada de la realidad de las protestas y movilizaciones.
deberiamos de ir desempolvando las guillotinas, porque mucho me temo que no nos van a escuchar.