Hace 15 años | Por mezvan a historiasdelaciencia.com
Publicado hace 15 años por mezvan a historiasdelaciencia.com

Cuando se publicó “El origen de las especies”, Darwin sabía perfectamente que tendría implicaciones religiosas por la forma en que negaba cualquier función de Dios en la Naturaleza (ojo, no su existencia; Darwin decía que al principio era teísta, pero más tarde se autocalificó agnóstico, término acuñado por su amigo Thomas Henry Huxley) y por cómo desafiaba la teología natural tan firmemente arraigada en la vida e instituciones británicas.