Aunque parezca increíble, un hombre de 34 años lleva cuatro años de haber cambiado el arroz y los frijoles por todo aquello que se mueva y lo prefiere vivo. Douglas Barahona, un montador de toros de Cañas, se alimenta de animales que estén vivos y disfruta sentir cómo su boca les desprende la cabeza mientras aún se mueven.