Hace 17 años | Por mezvan a lavanguardia.es
Publicado hace 17 años por mezvan a lavanguardia.es

[c&p] Un puñetazo duele en el momento, pero también puede tener efectos retardados. Y muy dilatados. En 1995, Alberto le pegó a un compañero de trabajo y le partió la dentadura. En el 2001, fue condenado a tres años de cárcel, pero ya la Audiencia de Barcelona aconsejó el indulto; una gracia que ahora se le ha negado administrativamente, con lo que, doce años después de la pelea y con una vida estabilizada, deberá ingresar en prisión.