Al contemplar el pensamiento biogeográfico de José de Acosta (a finales del siglo XVI) y de Athanasius Kircher (en la segunda mitad del siglo XVII) constatamos que están insinuados muchos de los problemas biológicos relativos a la geografía que han dado lugar al actual desarrollo de las biogeografía histórica y la paleobiogeografía. Este sorprendente y entretenido viaje a la historia puede leerse como un formidable prólogo a las intuiciones evolutivas de Darwin.