En 1986, Alfredo Quiñones entró en EEUU como inmigrante ilegal, sin saber inglés y con 65 dólares en el bolsillo. Hoy es un prestigioso médico, licenciado cum laude por la Universidad de Harvard y neurocirujano en el centro Johns Hopkins, uno de los más prestigiosos del país.
La capacidad de superación humana a veces es asombrosa. Pero precisamente, esta gesta nos asombra, lo cual ya es demostrativo de que el american stile of life no acaba de funcionar. Aún así, lógicamente El Mundo nos hará creer en la meritocrácia.
Es como la loteria primitiva. Para que exista un "ganador" tiene que haber centenares de miles de perdedores y, mientras, las clases dirigentes y los ricos, mantienen su status.
Un mal menor es el "socialismo" europeo, en el a cada cuidadano se le da lo mínimo imprescindible para sobrevivir (educación, sanidad, pensión), pero aun así existe una ingente cantidad de dinero y recursos destinados a memeces en vez de a gastos sociales, por ejemplo el dinero destinado a los ejércitos, la iglesia o las fundaciones como las FAES o la Pablo Iglesias.
Comentarios
A ver si hacen otro reportaje sobre los 100.000 ilegales que llegaron ese año con él y que no han hecho realidad "el sueño americano".
La capacidad de superación humana a veces es asombrosa. Pero precisamente, esta gesta nos asombra, lo cual ya es demostrativo de que el american stile of life no acaba de funcionar. Aún así, lógicamente El Mundo nos hará creer en la meritocrácia.
Pues sí. No sería mala cosa...
El "sueño americano" es una puta mentira.
Es como la loteria primitiva. Para que exista un "ganador" tiene que haber centenares de miles de perdedores y, mientras, las clases dirigentes y los ricos, mantienen su status.
Un mal menor es el "socialismo" europeo, en el a cada cuidadano se le da lo mínimo imprescindible para sobrevivir (educación, sanidad, pensión), pero aun así existe una ingente cantidad de dinero y recursos destinados a memeces en vez de a gastos sociales, por ejemplo el dinero destinado a los ejércitos, la iglesia o las fundaciones como las FAES o la Pablo Iglesias.
Meritocracia pura.