No deja de ser curioso que los gobiernos de países que mantienen una oposición a ultranza al uso lúdico de drogas sean tan proclives a utilizarlas masivamente cuando se trata de usos militares: ¿el mensaje? Consumir drogas para matar con más eficacia es bueno y se puede hacer caso omiso de la legalidad vigente. Hacerlo para divertirse es una abominación que debe ser erradicada sin importar los medios.