El monstruo del caso Gurtel, el mayor caso de corrupción desde la instauración de la democracia en España, crece y crece. La trama de corruptelas e irregularidades que acogota al Partido Popular se multiplica como una hidra de siete cabezas por toda la geografía patria. Ya han brotado una testa en Madrid y otra con inusitada fuerza en Valencia, que renace pese a los desesperados intentos de los amigos togados del presidente Camps por cercenarla