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#2:
Patatas, señor?
un poquito de pan para que el ladrillo pase?
vasito de vino?
un poquito de pan para que el ladrillo pase?
vasito de vino?
#11:
Yo estoy curioseando pisos para cambiarme a uno más grande ( es que tengo familia, oiga) y me niego a estafar al comprador del mío y a que me estafen al comprar el otro. De momento, a esperar y a seguir "olisqueando" por si aparece una oferta que no sea un atraco.
Por cierto, los clásicos son muy acertados para estos asuntos:
Un día dijo el conde a Patronio que deseaba mucho quedarse en una villa donde le tenían que dar mucho dinero, con el que esperaba lograr grandes beneficios, pero que al mismo tiempo temía quedarse allí, pues, entonces, correría peligro su vida. Y, así, le rogaba que le aconsejase qué debía hacer.
-Señor conde -dijo Patronio-, en mi opinión, para que hagáis en esto lo más juicioso, me gustaría que supierais lo que sucedió a un hombre que llevaba un tesoro al cuello y estaba pasando un río.
El conde le preguntó qué le había ocurrido.
-Señor conde -dijo Patronio-, había un hombre que llevaba a cuestas gran cantidad de piedras preciosas, y eran tantas que le pesaban mucho. En su camino tuvo que pasar un río y, como llevaba una carga tan pesada, se hundió más que si no la llevase. En la parte más honda del río, empezó a hundirse aún más.
»Cuando vio esto un hombre, que estaba en la orilla del río, comenzó a darle voces y a decirle que, si no abandonaba aquella carga, corría el peligro de ahogarse. Pero el pobre infeliz no comprendió que, si moría ahogado en el río, perdería la vida y también su tesoro, aunque podría salvarse desprendiéndose de las riquezas. Por la codicia, y pensando cuánto valían aquellas piedras preciosas, no quiso desprenderse de ellas y echarlas al río, donde murió ahogado y perdió la vida y su preciosa carga.
»A vos, señor Conde Lucanor, aunque el dinero y otras ganancias que podáis conseguir os vendrían bien, yo os aconsejo que, si en ese sitio peligra vuestra vida, no permanezcáis allí por lograr más dinero ni riquezas. También os aconsejo que jamás pongáis en peligro vuestra vida si no es asunto de honra o si, de no hacerlo, os resultara grave daño, pues el que en poco se estima y, por codicia o ligereza, arriesga su vida, es quien no aspira a hacer grandes obras; sin embargo, el que se tiene a sí mismo en mucho ha de hacer tales cosas que los otros también lo aprecien, pues el hombre -148- no es valorado porque él se precie, sino porque los demás admiren en él sus buenas obras. Tened, señor conde, por seguro que tal persona estimará en mucho su vida y no la arriesgará por codicia ni por cosa pequeña, pero en las ocasiones que de verdad merezcan arriesgar la vida, estad seguro de que nadie en el mundo lo hará tan bien como el que vale mucho y se estima en su justo valor.
Shalom
Por cierto, los clásicos son muy acertados para estos asuntos:
Un día dijo el conde a Patronio que deseaba mucho quedarse en una villa donde le tenían que dar mucho dinero, con el que esperaba lograr grandes beneficios, pero que al mismo tiempo temía quedarse allí, pues, entonces, correría peligro su vida. Y, así, le rogaba que le aconsejase qué debía hacer.
-Señor conde -dijo Patronio-, en mi opinión, para que hagáis en esto lo más juicioso, me gustaría que supierais lo que sucedió a un hombre que llevaba un tesoro al cuello y estaba pasando un río.
El conde le preguntó qué le había ocurrido.
-Señor conde -dijo Patronio-, había un hombre que llevaba a cuestas gran cantidad de piedras preciosas, y eran tantas que le pesaban mucho. En su camino tuvo que pasar un río y, como llevaba una carga tan pesada, se hundió más que si no la llevase. En la parte más honda del río, empezó a hundirse aún más.
»Cuando vio esto un hombre, que estaba en la orilla del río, comenzó a darle voces y a decirle que, si no abandonaba aquella carga, corría el peligro de ahogarse. Pero el pobre infeliz no comprendió que, si moría ahogado en el río, perdería la vida y también su tesoro, aunque podría salvarse desprendiéndose de las riquezas. Por la codicia, y pensando cuánto valían aquellas piedras preciosas, no quiso desprenderse de ellas y echarlas al río, donde murió ahogado y perdió la vida y su preciosa carga.
»A vos, señor Conde Lucanor, aunque el dinero y otras ganancias que podáis conseguir os vendrían bien, yo os aconsejo que, si en ese sitio peligra vuestra vida, no permanezcáis allí por lograr más dinero ni riquezas. También os aconsejo que jamás pongáis en peligro vuestra vida si no es asunto de honra o si, de no hacerlo, os resultara grave daño, pues el que en poco se estima y, por codicia o ligereza, arriesga su vida, es quien no aspira a hacer grandes obras; sin embargo, el que se tiene a sí mismo en mucho ha de hacer tales cosas que los otros también lo aprecien, pues el hombre -148- no es valorado porque él se precie, sino porque los demás admiren en él sus buenas obras. Tened, señor conde, por seguro que tal persona estimará en mucho su vida y no la arriesgará por codicia ni por cosa pequeña, pero en las ocasiones que de verdad merezcan arriesgar la vida, estad seguro de que nadie en el mundo lo hará tan bien como el que vale mucho y se estima en su justo valor.
Shalom
Comentarios
Patatas, señor?
un poquito de pan para que el ladrillo pase?
vasito de vino?
Yo estoy curioseando pisos para cambiarme a uno más grande ( es que tengo familia, oiga) y me niego a estafar al comprador del mío y a que me estafen al comprar el otro. De momento, a esperar y a seguir "olisqueando" por si aparece una oferta que no sea un atraco.
Por cierto, los clásicos son muy acertados para estos asuntos:
Un día dijo el conde a Patronio que deseaba mucho quedarse en una villa donde le tenían que dar mucho dinero, con el que esperaba lograr grandes beneficios, pero que al mismo tiempo temía quedarse allí, pues, entonces, correría peligro su vida. Y, así, le rogaba que le aconsejase qué debía hacer.
-Señor conde -dijo Patronio-, en mi opinión, para que hagáis en esto lo más juicioso, me gustaría que supierais lo que sucedió a un hombre que llevaba un tesoro al cuello y estaba pasando un río.
El conde le preguntó qué le había ocurrido.
-Señor conde -dijo Patronio-, había un hombre que llevaba a cuestas gran cantidad de piedras preciosas, y eran tantas que le pesaban mucho. En su camino tuvo que pasar un río y, como llevaba una carga tan pesada, se hundió más que si no la llevase. En la parte más honda del río, empezó a hundirse aún más.
»Cuando vio esto un hombre, que estaba en la orilla del río, comenzó a darle voces y a decirle que, si no abandonaba aquella carga, corría el peligro de ahogarse. Pero el pobre infeliz no comprendió que, si moría ahogado en el río, perdería la vida y también su tesoro, aunque podría salvarse desprendiéndose de las riquezas. Por la codicia, y pensando cuánto valían aquellas piedras preciosas, no quiso desprenderse de ellas y echarlas al río, donde murió ahogado y perdió la vida y su preciosa carga.
»A vos, señor Conde Lucanor, aunque el dinero y otras ganancias que podáis conseguir os vendrían bien, yo os aconsejo que, si en ese sitio peligra vuestra vida, no permanezcáis allí por lograr más dinero ni riquezas. También os aconsejo que jamás pongáis en peligro vuestra vida si no es asunto de honra o si, de no hacerlo, os resultara grave daño, pues el que en poco se estima y, por codicia o ligereza, arriesga su vida, es quien no aspira a hacer grandes obras; sin embargo, el que se tiene a sí mismo en mucho ha de hacer tales cosas que los otros también lo aprecien, pues el hombre -148- no es valorado porque él se precie, sino porque los demás admiren en él sus buenas obras. Tened, señor conde, por seguro que tal persona estimará en mucho su vida y no la arriesgará por codicia ni por cosa pequeña, pero en las ocasiones que de verdad merezcan arriesgar la vida, estad seguro de que nadie en el mundo lo hará tan bien como el que vale mucho y se estima en su justo valor.
Shalom
Para cenar ladrillo, y de postre cemento.
Se les va la fuerza por la boca....
No se van a vender viviendas de ninguna manera... ni bajándolas un 20 ni un 40 ni un 60%. El mercado está congelado, ni se compra ni se vende. 0.
Primer párrafo: Ya lo dijo Chicote: "Que nadie espere que la vivienda baje un 30 o un 40%; antes de eso se lo regalo al banco".
http://www.eleconomista.es/vivienda/noticias/794210/10/08/Los-promotores-aseguran-que-el-precio-de-la-vivienda-nueva-no-puede-bajar-mas.html
Me quedo con esta frase!
Los clientes insisten "os las van a comprar vuestras respectivas madres..."
El lobby popular insiste: " Os las vais a comer con patatas"
¡ Festival de humor !
Decian que cuanto más aguantaran los precios, mas gorda será la caida; bien, ya se esta oyendo la palabra corralito (que es la que mas miedo me produce) despues de oir tanto la palabra paro... con lo cual... ¿quien tiene valor ahora a pillarse un piso? (por muy barato que lo dejen, que no los dejarán)
no se venderán viviendas y punto.
el resto sobra.
Pues espero que se queden con ellos y se los coman con patatas.
Pues si no bajan que se las coman....
Nosotros no tenemos "prisa" por comprar, ahora son ustedes los que tienen prisa por vender....
si, si habla de precios del '96 mas inflación...
Mucho me temo que si que van a vender por debajo del precio de financiación... y lo que me alegro
Los precios de las casas no bajan, precisamente, por que no hay mercado. Ahí está la paradoja.
A ver chicos! que alguien traiga el bidón de mantequilla! aqui hay un lobby que va a tener que meterse sus palabras por el ojete... (si le queda sitio despues del el-ladrillo-nunca-baja y del compra-ahora-que-luego-no-podrás)!
Eso eso, que no las vendan ahora. Que las dejen vacías perdiendo valor año tras año, que luego nos saldrán más baratas.
Han estado mucho tiempo vendiéndolas un 30 o 40% por encima de su valor real. Ahora, por efecto rebote, les tocará venderlas un 30 o 40% por debajo de su valor real.
Lo que les pasa es que pagaron burradas a obreros y por materiales que no lo valian y claro el precio de la vivienda es alto. Cuando ahora les viene mala epoco, pues bajar el precio por debajo del costo, pues jode, pero asi es el mercado. SI no vendes tedras o que bajar el precio o quedartelas y hundirte en tu propia avaricia.....
El lobby inmobiliario pierde pasta a lo bestia, tienen que desaparecer más de la mitad de empresas de construcción y las que sobrevivan tendrán que competir en precios con la venta de un stock de viviendas bastante nuevas. Por si fuera poco, la cantidad de viviendas vacías seguramente no van a bajar, a no ser que tengan un precio que permita a los que no tienen vivienda comprarse una.
Los que tienen vivienda tal vez compren una mejor, pero vendiendo la anterior, claro. Ahora la vivienda se deprecia más rápido que el dinero, no compensa comprar.
os equivocais!!! se las van a comer con papas los bancos!!! despues de embargar y embargar y embargar.