Se dice que es la última dictadura de Europa, dudoso honor que se une al de ser número uno en cantidad de policías y por tener la quinta mayor tasa de suicidios en el mundo. Hablamos de Bielorrusia, Estado de Europa Oriental independiente tras el colapso de la URSS en 1991, y que desde 1994 soporta el gobierno, elegido “democráticamente” por más del 80% de la población, de Aleksandr Lukashenko.
No hay que olvidar a la Dictadura Vaticana, carente absoluta de cualquier tipo de democracia, donde los dictadores son elegidos en secreto por un puñado de sectarios y que se permite dar lecciones de moralidad a países donde al menos nace gente.
Belarús será, acaso, la penúltima siempre y cuando no se permita elegir a su gobierno, que no es el caso.
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Bielorrusia no es España
No hay que olvidar a la Dictadura Vaticana, carente absoluta de cualquier tipo de democracia, donde los dictadores son elegidos en secreto por un puñado de sectarios y que se permite dar lecciones de moralidad a países donde al menos nace gente.
Belarús será, acaso, la penúltima siempre y cuando no se permita elegir a su gobierno, que no es el caso.