Hace 14 años | Por glezjor a radiolaprimerisima.com
Publicado hace 14 años por glezjor a radiolaprimerisima.com

Los labriegos Ramón Ulises Castellanos y Miguel Sauceda habían sido secuestrados la víspera en su propia vivienda por seis hombres encapuchados que se identificaron como agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal de la Policía (DNIC). "Todos andaban con chalecos negros y pasamontañas. Uno de ellos tenía una inicial de la DNIC en su chaleco", dijo la esposa de una de las víctimas.

Comentarios

mmlv

¿Ya lo ha condenado EEUU? ¿Y la ONU? ¿Y Zapatero? ¿Y Rajoy?

Supongo que las portadas de los periódicos de medio mundo recogerán la información, los telediarios abrirán con esta noticia, la peticiones de respeto a los DDHH por parte de la dictadura hondureña se sucederán...

coxal

Para los medios, los grupos de opinión y los políticos españoles, las violaciones de los derechos humanos en America Latina solo son denunciables cuando supuestamente ocurren en Cuba o Venezuela.

Para los meneantes igual. Dudo que llegue a portada.

D

Dejando de un lado la barbaridad del hecho en si mismo,me pregunto ¿Para que sirve ejecutar a 2 campesinos? Enserio,que clase de táctica militar o política ve en dos labriegos un peligro de estado que debe tratarse con una ejecución inmediata.Realmente quisiera que alguien me diera una explicación por que yo no llego a entender esto.

JohnBoy

#4 Es bastante habitual, especialmente en los estados más rurales de Brasil: mandas a un escuadrón de la muerte y asesinas a los cabecillas del grupo/sindicato/cooperativa, sean trabajadores o pequeños propietarios. Luego obligas al resto a vender o directamente les expropias las tierras o se las robas, con la complicidad de algún registrador y tan tranquilo.

O quizá simplemente por cuestión política, te cargas a alguno de los que más se signifiquen y el resto aprende la lección. Es una forma relativamente barata (al precio que está la vida en muchos sitios) de evitarte problemas y poder tener a una comunidad tranquilamente bajo tu bota.

Pero no se lo cuente a nadie, que el malo aquí es Chávez.