Hace 9 años | Por conversador a vozpopuli.com
Publicado hace 9 años por conversador a vozpopuli.com

El primer mensaje navideño del monarca no agradó en Moncloa. Como es costumbre, envió a Zarzuela un amplio y variado material de apoyo para la elaboración del texto pero cuando el documento ya ultimado regresó a las dependencias de Presidencia, se agriaron los gestos, de acuerdo con fuentes próximas al Ejecutivo. No era el mensaje que se esperaba. Aún así, se trataba de un discurso salido de la pluma del rey y por lo tanto era menester respetarlo con todas las consecuencias.

Comentarios

Azken

No vi el mensaje del Rey pero si en Moncloa no gustó, debió ser bueno

Katra

Ah pero que al rey padre alguien le escribía el guión dictado desde Moncloa? Y a qué viene confirmar ahora algo así?
Quieren hacernos ver que tenemos mejor rey ahora que antes?
A quién le interesa el discurso si luego no hay intención de solucionar los problemas?
Se pueden ahorrar los discursos... se pueden ahorrar hasta el cargo.

AKIROXAN

Ahora resulta que Felipe VI votaría a PODEMOS, este Arriola no sabe ya que pergeñar para vendernos la moto.

D

ohh¡ Campaña publicitaria del nuevo rey. No me quitéis mi chanchullo, que yo también soy un indignado¡¡ tios de verdad¡ yo, es que no me dejan, soy un prisionero, pero soy un campechano, aquí en mi fiesta de disfraces permanente...

perrico

El rey no dice una palabra sin la aprobación del gobierno y, personalmente creo que si a algún partido político benefició el discurso del rey fue al PP.

Cruz_Alarcia

Me alegra que alguien siga teniendo voz para decir las cosas alto y claro... pero me entristece que ese derecho se haya convertido en un privilegio real.

pitercio

¡Bah! Lo que no les habrá gustado es que se lo escribiese la flaca.

D

En el Reino Unido el discurso de la reina lo escribe el gobierno y ella está obligada a leerlo le guste o no. Se supone que habla en representación del gobierno porque formalmente el gobierno gobierna en nombre de la reina. Se considera que la reina no tiene derecho de aprovecharse de su posición para dar un discurso propio porque nadie la ha elegido.