El joven navarro condenado a seis años de cárcel por su pertenencia a Segi, Luis Goñi, en paradero desconocido desde hace dos meses, ha aparecido hoy públicamente en las calles de Pamplona donde cientos de personas han formado a su alrededor un «muro humano» para dificultar su detención.
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Ojalá hubieran hecho muros en el corte inglés, o empezó el edificio de la guardia civil