Con el apoyo de policías y militares corruptos, los traficantes adiestran a grupos de chicos. Los narcos ofrecen 300 reales (casi 200 dólares) por semana para que adolescentes ingresen al Ejército o a la Marina como conscriptos y se conviertan en paracaidistas o infantes de marina, para luego transferir sus conocimientos a las organizaciones narcos.