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#8:
Mi padre era catedrático de Geografía e Historia en un instituto. A principios de los años sesenta, una tarde una mujer, madre de un alumno, se presentó en casa con un jamón. Yo nunca había visto un jamón entero y mis glándulas salivales se dispararon junto con mi fantasía sobre los ratos de felicidad que nos iba a proporcionar esa increíble pata de cerdo.
Mi padre no estaba. Mi madre y mi abuela le dijeron a la mujer que no podían aceptar el regalo, mientas yo chillaba protestando por un comportamiento que no entendía, y me parecía contra natura y destinado a fastidiarme.La mujer sin embargo dejó el jamón y se fue, sin dar opción a otra cosa. Yo, de nuevo, me las prometí muy felices. Sin embargo, más tarde llegó mi padre y le ordenó a mi madre que fuera a casa de la mujer y le devolviera el regalo, cosa que hizo.
Tardé unos años en entender la actitud de mi padre. Ahora entiendo que no todo el mundo ha tenido un progenitor como el mío.
Mi padre no estaba. Mi madre y mi abuela le dijeron a la mujer que no podían aceptar el regalo, mientas yo chillaba protestando por un comportamiento que no entendía, y me parecía contra natura y destinado a fastidiarme.La mujer sin embargo dejó el jamón y se fue, sin dar opción a otra cosa. Yo, de nuevo, me las prometí muy felices. Sin embargo, más tarde llegó mi padre y le ordenó a mi madre que fuera a casa de la mujer y le devolviera el regalo, cosa que hizo.
Tardé unos años en entender la actitud de mi padre. Ahora entiendo que no todo el mundo ha tenido un progenitor como el mío.
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Mi padre era catedrático de Geografía e Historia en un instituto. A principios de los años sesenta, una tarde una mujer, madre de un alumno, se presentó en casa con un jamón. Yo nunca había visto un jamón entero y mis glándulas salivales se dispararon junto con mi fantasía sobre los ratos de felicidad que nos iba a proporcionar esa increíble pata de cerdo.
Mi padre no estaba. Mi madre y mi abuela le dijeron a la mujer que no podían aceptar el regalo, mientas yo chillaba protestando por un comportamiento que no entendía, y me parecía contra natura y destinado a fastidiarme.La mujer sin embargo dejó el jamón y se fue, sin dar opción a otra cosa. Yo, de nuevo, me las prometí muy felices. Sin embargo, más tarde llegó mi padre y le ordenó a mi madre que fuera a casa de la mujer y le devolviera el regalo, cosa que hizo.
Tardé unos años en entender la actitud de mi padre. Ahora entiendo que no todo el mundo ha tenido un progenitor como el mío.
#1 Están más tensos que Rita Barberá en su cumpleaños!!!!
Si se convocase una manifestación del tipo, no faltarían asistentes... es tan triste la situación!
Ahora la estrategia del PP es insistir que todo el mundo recibe regalos para mitigar el impacto del cohecho de Camps.
#8 Pues yo me lo habría quedado y habría suspendido al niño por intento de soborno
Que la gente reciba regalos es normal, que un funcionario elegido por el pueblo reciba regalos a cambio de un trato preferente no.
#1 Si, pero, sobre los regalos, lo mínimo posible. Para desviar la atención, utilizan un sistema más rastrero (con enlaces emocionales más fuertes): la modificación del código penal (Haciéndo referéncia cuántas más veces mejor, a los menores). Utilizarán tópicos eternos del estilo "entran por una puerta y salen por otra.
¡Quiero mi regalo ya!
La web de El Plural no está optimizada para verse con Opera, qué feliz sería si ocurriera también con Libertaddigital.
Santa Claus existe, si , existe!
#1 La diferencia en el cohecho impropio está en el valor de la cosa y en el uso que se le de: no es lo mismo una lata de anchoas (20€) que un bolso de Vuitton ( 800 € ). A partir de cierto valor hay que rechazar el regalo.
#9 supongo que el niño iba a suspender de todas formas, de ahí el regalito
#11 El precio de un bolso de LV es A PARTIR DE: 700/800euros. Puedes ir añadiendo ceros para los más caros.
¡Cuál será la siguiente que dirán estos del PP para tratar de salvaguardar su trasero?