El otoño pasado, me acerqué en la línea Odakyu a esta montaña (cuyo nombre literal significa “Gran montaña”) que resulta que está bastante cerca de mi casa, y llegué a la estación de Isehara en unos tres cuartos de ahora. Desde allí, un autobús nos conduce hasta la base de la montaña donde nos espera el siguiente medio de transporte, un funicular.