Esta noticia. aunque triste, para mí merecía la portada. Lástima que este artículo era en inglés y con un titular poco descriptivo y contenido flojo. Recomiendo leerla en los links que pongo más abajo (en español).
Quizás ha sido el experimento científico más tristemente célebre de las últimas décadas, porque mostró evidencias convincentes de que todos somos capaces de ejercer una gran maldad.
Ahora, 50 años después, científicos de Estados Unidos repitieron la llamada "prueba Milgram".
Y volvieron a llegar a la conclusión de que la gente sigue dispuesta a infligir dolor a los demás, si se los pide una autoridad.
La prueba consistía en que los voluntarios debían aplicar lo que creían que eran dolorosas descargas eléctricas a otros voluntarios (que eran en realidad actores), cuando eran incitados por una figura de autoridad.
Los investigadores de la Universidad de Santa Clara, en California, encontraron que aún cuando los actores daban (falsos) gritos de dolor, el 70% de los participantes estaban dispuestos a aumentar el voltaje de las descargas.
Las tasas de obediencia de los participantes fueron ligeramente menores que las del experimento Milgram, dicen los autores en "American Psychologist", la revista de la Asociación Psicológica Estadounidense.
En fin... es una pena que la he visto ahora, 3 días después de ser meneada. Esta noticia, con los correspondientes apoyos (links) en español, hubiera sido una portada de bastante calidad, no ya porque sea un estudio científico, sino por las implicaciones sociales, aunque desgraciadamente reafirma una vez más lo que a casi todos parece, y que se ve reflejado en el cine, en las calles, en muchos sitios: que el hombre sigue siendo muy capaz de ser un lobo para el hombre.
Comentarios
Relacionadas:
http://en.wikipedia.org/wiki/Milgram_experiment
http://en.wikipedia.org/wiki/Stanford_prison_experiment
Que cabrones somos.
Si los alemanes, y no creo que fueran unos monstruos, consintieron los crímenes de los nazis...el resto podemos consentir cualquier cosa.
Más http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/7791278.stm
Esta noticia. aunque triste, para mí merecía la portada. Lástima que este artículo era en inglés y con un titular poco descriptivo y contenido flojo. Recomiendo leerla en los links que pongo más abajo (en español).
Yo iba a menearla de aquí: http://noticias.latam.msn.com/articulo_bbc.aspx?cp-documentid=16125793 Copio un fragmento a modo de descripción "meneana":
Quizás ha sido el experimento científico más tristemente célebre de las últimas décadas, porque mostró evidencias convincentes de que todos somos capaces de ejercer una gran maldad.
Ahora, 50 años después, científicos de Estados Unidos repitieron la llamada "prueba Milgram".
Y volvieron a llegar a la conclusión de que la gente sigue dispuesta a infligir dolor a los demás, si se los pide una autoridad.
La prueba consistía en que los voluntarios debían aplicar lo que creían que eran dolorosas descargas eléctricas a otros voluntarios (que eran en realidad actores), cuando eran incitados por una figura de autoridad.
Los investigadores de la Universidad de Santa Clara, en California, encontraron que aún cuando los actores daban (falsos) gritos de dolor, el 70% de los participantes estaban dispuestos a aumentar el voltaje de las descargas.
Las tasas de obediencia de los participantes fueron ligeramente menores que las del experimento Milgram, dicen los autores en "American Psychologist", la revista de la Asociación Psicológica Estadounidense.
¿Hemos aprendido?
El artículo es más largo. De otros meneos he encontrado 2 links más en español a la misma noticia, el primero es también interesante: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Usted/puede/ser/torturador/elpepusoc/20081219elpepusoc_9/Tes
El otro meneo sobre el tema es más superficial: http://www.publico.es/ciencias/184947/torturador/habita/humanos
En fin... es una pena que la he visto ahora, 3 días después de ser meneada. Esta noticia, con los correspondientes apoyos (links) en español, hubiera sido una portada de bastante calidad, no ya porque sea un estudio científico, sino por las implicaciones sociales, aunque desgraciadamente reafirma una vez más lo que a casi todos parece, y que se ve reflejado en el cine, en las calles, en muchos sitios: que el hombre sigue siendo muy capaz de ser un lobo para el hombre.