el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, acaba de pasar tres días en Marruecos. No de vacaciones, no. De business, en el sentido estricto de la palabra. Porque en medio de la tormenta y de la violencia en el Sahara Occidental con la destrucción del campamento polisario en El Aaiún, el jefe de la diplomacia de Berlín ha preferido hablar de energía solar. A ver si les vende algo, ha dicho sin rodeos y con todo desparpajo. A ver si las empresas alemanas se llevan buena parte del botín de 9.000 millones de presupuestados por Rabat
Comentarios
Al mundo le importa un pito el Sáhara O.
Los alemanes se llevan la pasta y nosotros a los marroquíes. Y luego queremos compararnos y salir bien parados...
mas bien el Sáhara les incomoda para sus negocietes con Marruecos.
Ese "pasmo" español es porque nos han quitado el pastel que esperábamos a cambio de nuestra más absoluta pasividad gubernamental con lo del Sáhara, ¿no?
Nada de pasmo español, habra que ver cuanto se ha llevado la sociatada
Gente con vista estos alemanes. Así tiene los índices de desempleo que tienen.
Me da envidia.