Mientras muchos pueblos agonizan por el inevitable éxodo hacia la ciudad, hay unos pocos, apenas once en todo el mundo, que han renacido bajo el influjo de una primavera inesperada y vigorosa cargada de flores de papel. Son los que están agrupados en torno a la asociación internacional Booktowns y se distinguen por haber reconvertido muchos de sus edificios deshabitados en encantadoras librerías de obras de segunda mano, ediciones antiguas y exóticos tomos.