Fue como una aventura de Los cinco. O de Verano azul, pero en cine, con caché de Hollywood y Steven Spielberg como productor. Los Goonies, el filme de Richard Donner, marcó a toda una generación. O a varias. En su 25º aniversario queda claro que los goonies nunca mueren. Se quedan calvos, como Joey Pantoliano, el malo de la peli antes de ser un Soprano. O pierden las carnes, como le pasó a Jeff Cohen, el gordito. También hay mucha dentadura postiza, canas tintadas y juventud fingida de meter tripa al estilo de Corey Feldman.
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¡Tenemos dinero para salvar los muelles de Goon!