Robert Comito, un artillero de primera en un B17, quería que sus cenizas fuesen esparcidas al cielo. Su familia le dio las cenizas a la Fundación Collings, que accedió a esparcir las cenizas de Comito desde un B17. Sin embargo, más tarde, la policía encontró el paquete de las cenizas de Comito en el interior de un crater y sin abrir.
Comentarios
Es lo que tienen los bomarderos, ¿no?
Como decía mi abuela: "Peores cosas pasaron en la guerra".
Así evitan la contaminación ambiental.