Sabido es que quien llegaría a dirigir la Iglesia como Benedicto XVI era uno de los intelectuales de mente más poderosa del siglo XX, sin duda alguna la centuria más rica en intelectuales de la historia. Y sabido es que el contenido principal de sus investigaciones filosófico-teológicas ha sido la –posible—conciliación entre la razón y la fe. Un problema en el que se incardina, desde Epicuro, la paradoja que en filosofía, como en teodicea, filosofía de la religión y teología se ha conocido como el problema del mal. ¿Cómo es posible que...
Comentarios
El argumento es impecable. Aunque indemostrable, como tantas cosas.
Los intelectuales de mente poderosa están en el CERN, el MIT, la Nasa y sitios del estilo en la alta curia del vaticano solo están fanáticos religiosos con la mente desecha a base de difundir antiguas leyendas de oriente medio como verdad absoluta y empeñados en que la gente acepte como reales supersticiones de hace miles de años.
Actuar en consecuencia sería decirlo en voz alta, desaparecer es hipócrita.