Hace 16 años | Por sleep_timer a cidob.org
Publicado hace 16 años por sleep_timer a cidob.org

En el PP, como bien expresó ayer Zapatero, andan a la gresca para ver quien se coloca en el lugar del defenestrado Rajoy... Rato es uno de los candidatos, el "tapado". Por aquella época, en 1967, la familia Rato sufrió un serio quebranto con las condenas judiciales por la acusación de evadir capitales a Suiza que les cayeron al padre del joven, a su hermano mayor, Ramón Rato Figaredo, y a un tío paterno, Faustino Rato Rodríguez-San Pedro, que ...

Comentarios

sleep_timer

#3 Pues ahora, después de la debacle de Rajoy, creo que vuelve.

diegocg

Lo que haya hecho su padres a mi me trae sin cuidado. El actual ministro Bermejo o Bono tambien salieron de familias pro-franquistas...y qué.

Yo prefiero quedarme con esto: Cuando se levantó la polvareda nacional por el alineamiento irrestricto de Aznar con el Gobierno estadounidense de George W. Bush y sus planes bélicos con respecto a Irak, trazado contra la opinión mayoritaria de la sociedad española y decidido, al parecer, por su cuenta y riesgo, sin consensuarlo previamente con el CEN y el Consejo de Ministros, la circunspección de Rato se aproximó al mutismo. A diferencia de otros compañeros del Gobierno y el partido, no salió a justificar o defender la legalidad de la campaña militar en ciernes ni se entretuvo en recordar a la opinión pública las razones por las que era necesario desarmar a Saddam Hussein. Cuando las gigantescas manifestaciones antibelicistas de febrero de 2003, en vísperas del comienzo de la guerra, Rato se limitó a comentar su convencimiento de que a ellas había asistido "mucha gente del PP".

Una vez acabada la invasión e iniciada la participación –también polémica- del Ejército español en las labores de ocupación y reconstrucción del país árabe, algunos medios informativos divulgaron la especie de que Rato, de hecho, había estado en desacuerdo con la postura sobre Irak y las supuestas armas de destrucción masiva, y que, en un arranque de sinceridad, le había advertido a Aznar que si se subía al carro de la guerra junto con Bush y Tony Blair, el PP se la jugaba en sus siguientes citas electorales y arriesgaba las relaciones con un país, Francia, que era un cooperador fundamental en la lucha contra ETA y la llave de muchas decisiones en la UE que afectaban a España. "Nos puede llevar al desastre", les dijo a otros colegas del Gabinete en el mes de febrero, mientras que a comienzos de marzo, a la salida de una reunión de la plana mayor del Ejecutivo en el palacio de La Moncloa en la que volvió a exponer sus discrepancias, le habría comentado a una persona de su confianza: "me acabo de jugar la sucesión".