Hace 14 años | Por yemeth a rebelion.org
Publicado hace 14 años por yemeth a rebelion.org

Sea cual sea el resultado de la revolución verde iraní, es de vital importancia que seamos conscientes de que hemos asistido a un gran acontecimiento liberatorio que no encaja en el esquema de la lucha entre liberales filooccidentales y fundamentalistas anti-Occidente. Si nuestro cínico pragmatismo nos hace perder la capacidad de reconocer esta dimensión liberatoria significa que en Occidente estamos entrando de verdad en una era posdemocrática, preparándonos para nuestro Ahmadineyad. Los italianos conocen ya su nombre: Berlusconi.

Comentarios

D

Por último, los más tristes de todos son quienes apoyan a Ahmadineyad desde la izquierda: la verdadera cuestión según ellos sería la independencia de Irán. Ahmadineyad ha ganado por haber combatido por la independencia del país, haber desenmascarado la corrupción de las élites, y utilizado las riquezas petroleras para aumentar la renta de la mayoría de los pobres –éste es el verdadero Ahmadineyad, nos dicen, una imagen que va más allá de la que proyectan los medios occidentales de un fanático negacionista del Holocausto-. Siguiendo este punto de vista, lo que está ocurriendo en Irán es una réplica del derrocamiento de Mossadegh en 1953: un golpe financiado por Occidente contra un presidente legítimo. Esta lectura no sólo ignora los hechos: la alta afluencia a las urnas –desde un 55% hasta un 88%- sólo se explica con el voto de protesta. Pero revela también la ceguera hacia una demostración genuina de la voluntad popular, asumiendo con condescendencia que a los subdesarrollados iraníes, Ahmadineyad les va estupendamente, por no estar suficientemente maduros para tener una izquierda laica.

yemeth

Yo destacaría sobre todo como idea interesante (y muy provocadora), la del potencial de la propia revolución islámica como liberadora, en el sentido de que la Revolución Verde no sea una "occidentalización", sino una vuelta a las raíces ante un régimen corrupto representado por Ahmadineyad:

Además, se debe establecer una diferencia entre los dos candidatos principales opositores de Ahmadineyad: Mehdi Karroubi y Musavi. Karrubi es, en efecto, un reformista: fundamentalmente proponer la versión iraní de política identitaria y promete favores a todos los grupos particularistas. Musavi es completamente diferente: se bate en nombre de la resurrección del sueño popular que sostuvo la revolución de Jomeini. Aunque este sueño era una utopía, habría que reconocer en él la utopía de la revolución, lo que significa que la revolución de 1979 no puede reducirse a una insurrección integrista: se trataba de mucho más. Es momento de recordar la increíble efervescencia de los primeros años después de la revolución, con una explosión asombrosa de creatividad social y política. Que esta explosión fuera sofocada demuestra por sí solo que la revolución era un auténtico acontecimiento político, una apertura momentánea que desencadenó una fuerza de transformación social inaudita, un momento en el que “todo parecía posible”. Lo que sucedió después fue un cierre paulatino debido a que el establisment islamista acaparó el poder. Para decirlo en términos freudianos, las protestas de estos días son “el retorno de la remoción” de la revolución jomeinista.

D

#1 No caigas en la arrogancia de considerar madura la izquierda por ser "laica" o "musulmana", el laicismo en un país como Francia es una ideología religiosa a la que se le rinde culto, se le atribuyen memorandums y se le conceden días festivos y rituales que van desde cantar "Au clair de la lune", "Le petit joueur de fluteau" o "Le bon roy Dagobert"... Dicha Izquierda madura a la que "Le Pen" puso el excelente calificativo de "Gauche caviar". Será madura, pero descartada en nuestro país vecino hasta por los obreros, que son la mayoría, teniendo en cuenta que es uno de los países más industrializados del mundo.
Si Francia es el símbolo del laicismo Irán no lo es de estado confesional, o al menos no lo es en el contexto geopolítico en el que está.
Lo peor en todo esto es la consideración de maduro en una actitud o en otra cuando te puedo asegurar que en nuestra sociedad, la occidental, lo que más flaquea es "lo emocional", y eso, desde la aceptación de que las directrices de dicha emoción, hasta hace muy poco, venían de manos de curas e incultos emocionales autofustigados por sus masturbaciones y por su condición de celibato.
Conozco la realidad musulmana por haberme mezclado toda la vida con ellos, son mis hermanos, y muchos me consideran "Sidi" y no por campeador. Cuando la dirección emocional está regida por el minarete: "la genunina voluntad popular" está alimentada por el miedo y la imposición moral que acarree la religión (sea islámica o laica), pero no por la madurez. La izquierda es un planteamiento macroeconómico, y el pensamiento humano emocional es la asignatura pendiente del ser humano en general. A veces, yo que soy ateo de convicción y no de creencia, pienso que debería aparecer un profeta, para los perdidos...