"Los primeros exploradores vieron una bruma de partículas a finales del siglo XIX. Los científicos saben que la contaminación del aire de las ciudades de latitudes medias emigran hacia el ártico en y forman una fea neblina, pero un nuevo estudio de la Universidad de Utah encuentra sorprendentes pruebas de que los exploradores polares vieron el mismo fenómeno tan pronto como en 1870..."