Durante la década de los 90 Colombia ostentaba el dudoso honor de ser el país más violento de Latinoamérica. Desde entonces, la tasa de homicidios ha caído a la mitad y la de secuestros a una décima parte. Un estudio de dos economistas de la Universidad de Bogotá demuestra que el aumento de la penetración de los teléfonos móviles entre la población ha ayudado más a reducir los secuestros que la política de seguridad del presidente Uribe.
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Y los implantes con chip GPS no veas...