Desde hace años, cualquier ciudadano de Catalunya que se encuentre interesado por la política tiene la sensación de vivir en el interior de una olla a presión. Hasta donde alcanza mi memoria democrática, Catalunya nunca ha vivido una situación que fuera considerada por sus poderes públicos como normal, apacible, sosegada.
Comentarios
Prueba de ello es que un articulo como este no llegará a portada nunca