En mi niñez, la religión era un sistema de creencias privadas y devociones que no se metía en el espacio público salvo por cuestiones de caridad. Ahora la religión reclama constantemente atención pública, pidiendo un tratamiento especial. También se abusa de ella en nombre de políticas identitarias divisorias. Esto hace que hasta el más liberal se piense dos veces lo de la libertad religiosa [...] Más allá de un cierto punto en una sociedad liberal, la tolerancia religiosa es una pérdida de las convicciones morales.
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LA TOLERANCIA RELIGIOSA LE HA PUESTO UNA FATUA A NUESTRAS CONVICCIONES MORALES
La libertad religiosa a pasado a ser una bendición con pros y contras. La idea era hace tiempo un dogma de fe para mí, aun no siendo religioso. Pero mi fe se está empezando a debilitar. La religión se ha vuelto algo diferente a lo que solía ser para la gente tolerante de mi niñez monocultural: un sistema de creencias privadas y devociones que no se metía en el espacio público salvo por cuestiones de caridad y por obras indiscutiblemente buenas.
Por el contrario, ahora la religión reclama constantemente atención pública, pidiendo un tratamiento especial. También se abusa de ella en nombre de políticas identitarias divisorias. Esto hace que hasta el más liberal se piense dos veces lo de la libertad religiosa.
Un ejemplo perfecto es el caso de la “autocrucificada” enfermera la semana pasada. Shirley Chaplin, una experta enfermera y devota cristiana, descubrió en un tribunal laboral (a pesar del apoyo de siete obispos, y de ser mencionada en sermón de Semana Santa del Arzobispo de Carterbury) que había perdido la batalla por llevar un crucifijo en el trabajo contra el hospital Royal Devon and Exeter. Su crucifijo va colgado de una larga cadena y, aunque lo ha llevado por muchos años, una reciente evaluación de riesgos estimó que rompía las normas de seguridad e higiene en el trabajo. La decisión fue apoyada por el tribunal.
“No uso la palabra crucificada con frecuencia”, dijo Chaplin, “pero en cierto sentido he sido crucificada por el sistema. Todos los cristianos tendrán miedo ahora de demostrar sus creencias en el trabajo”. ¿Pero a qué puñetas se refiere? La verdad es al revés. El hospital le ofreció como solución el llevar el crucifijo en el trabajo, pero cogido a la solapa con un imperdible en lugar de con una cadena, y por tanto demostrando públicamente sus creencias en todo momento.
Sin embargo, sí se puede simpatizar con alguno de sus sentimientos: las trabajadoras musulmanas sí tienen permitido seguir trabajando con su pañuelo en la cabeza. Dice “las musulmanas no parecen estar afrontando una aplicación tan rigurosa de las normas de seguridad e higiene”. Tiene algo de razón…
Se supo a final de marzo que las médicos y enfermeras musulmanas de verdad disfrutan de un tratamiento especial en los servicios públicos de salud. Los no musulmanes en contacto directo con los pacientes tienen que subir las mangas hasta el codo por importantes motivos sanitarios: para que no se contaminen las mangas y para asegurarse que se lavan bien las manos cuando van de ronda.
Sin embargo, las musulmanas tienen una dispensa especial del Departamento de Salud. Ya que algunos musulmanes consideran la desnudez de antebrazo femenino como una falta de modestia, a las doctoras y enfermeras musulmanas se les dan mangas desechables, con gomas en codo y muñeca, para tapar la zona erógena que queda debajo. Esto es absurdo, injusto, derrochador, y otro ejemplo de lo que Chaplin y sus apoyos episcopales (y yo también) sentimos: un sesgo a favor de vociferantes minorías religiosas.
La verdad es que las dispensas especiales por este motivo no son aceptables. Todo el mundo debería cumplir las mismas reglas. Mangas desechables en hospitales, velos, vestidos largos en piscinas públicas o cuchillos ceremoniales en la escuela no son aceptables en el dominio público. Pueden ser antihigiénicos o peligrosos. Aún así, el principal argumento para la prohibición de estos supuestos símbolos religiosos es que pueden causar un ruptura social, sin ser un requerimiento religioso en absoluto. Aplaudo la decisión del Consejo General Médico de 2008 de que las doctoras no pueden taparse la cara con el velo cuando atiendan a los pacientes.
Para mí, uno de los aspectos más cruciales del caso del crucifijo oscilante de Chaplin ha sido el dictamen del tribunal de que la fe cristina no contiene ningún mandamiento de llevar un crucifijo. Es correcto, por supuesto. Llevar un crucifijo es una opción enteramente personal, y de hecho, algunos cristianos han desaprobado históricamente las imágenes.
El mismo criterio debería aplicarse a otras demandas comparables de trato especial por motivos religiosos, como la vestimenta supuestamente musulmana. Decir esto me va a traer protestas, pero por lo que sé, no hay un mandamiento obligatorio islámico que pida a una mujer llevar un determinado tipo de ropa. La única norma es vestir con modestia. Si no fuese por el espíritu de tolerancia de este país, combinado con una cobardía políticamente correcta, la oficialidad habría actuado al respecto hace tiempo.
Por encima de todo esto, lo raro es que se sigue sin poder parar a quien insista en que cierta práctica (sea circuncidar niñas, enseñar un creacionismo sin sentido o mantener alejados a los homosexuales) es un mandamiento de su religión, sin que importe lo que diga cualquier teólogo.
No vale la pena discutir: el problema es la propia religión. Religión es algo que se puede usar para acallar cualquier argumento, porque para empezar la fe religiosa por definición está más allá de cualquier razonamiento. Pues en este país hemos convertido esa irracionalidad en ley (leyes recientes de derechos humanos, y anti-discriminación), con el resultado de que estamos todos indefensos ante demandas antisociales hechas en nombre de la religión.
Nos hemos puesto en una posición en la que no podemos discriminar entre religiones ni entre prácticas religiosas. Hasta los chistes podrían ser ilegales ahora. Por no tomar la religión muy en serio, no es hasta hace poco que nos hemos dado cuenta de lo que otros consideran o no consideran un asunto privado. Al mismo tiempo, parecemos estar en un estado moral decaído, en el que hasta el Arzobispo de Canterbury se permite recomendar qué aspectos de la Sharía deberían incorporarse a las leyes inglesas, y luego sorprenderse del terremoto provocado.
Más allá de un cierto punto en una sociedad liberal, la tolerancia religiosa es una pérdida de las convicciones morales.
Varias cosas:
- Voto positivo a #1 por tomarse el trabajo de traducir, no necesariamente por estar de acuerdo.
- Meneo el envío porque me parece que el tema es digno de debate, no necesariamente por estar de acuerdo.
- me parece que gran parte del artículo -y de la problemática en sí- se puede circunscribir dentro de la polémica alrededor de la discriminación positiva.
Honestamente es un tema muy complejo y no logro tomar una postura, pero tiendo a pensar que la solución es la promoción de un estado laico, libre de influencias religiosas (de todas, las que aceptamos y las que nos son ajenas).
Totalmente de acuerdo.
Parece que tolerancia religiosa es igual a aceptar privilegios religiosos sin rechistar.
#7 Si no me equivoco, es la misma enfermera de la que habla este artículo. La mujer es una radical porque no le vale que le dejen llevar el crucifijo prendido de la solapa: lo tiene que llevar como ella dice, colgando de una larga cadena, y si no lo hace, están agrediendo su libertad religiosa pese a que es una norma universal de seguridad e higiene en el trabajo que no se pueden llevar abalorios que puedan engancharse o agarrarse; y todo ello pese a que ninguna norma de la religión cristiana obliga a llevar crucifijo para cumplir con sus dogmas.
#10aplaudo tu sentido comun, y desde luego no se en que pais vive el que escribe. En los que conozco,incluido Inglaterra, la religion cristiana axfisia a todo el mundo sin problemas.
Comodice Dawkins,la religión es la raiz de todo mal. Y la cristiana esta en cabeza.
#4 Viene de la Inglaterra de hace unas décadas.
#12 El autor es inglés, y habla de la situación y las normas en el Reino Unido.
"En mi niñez, la religión era un sistema de creencias privadas y devociones que no se metía en el espacio público salvo por cuestiones de caridad."
De qué planeta/espacio temporal viene?
Repito la pregunta, de qué espacio temporal viene, creo que aunque lo escribió hace unas decadas, viene de un futuro en el que la religión no se metía en espacios públicos ni asfixiaba a nadie
La clásica confusión mental entre «tolerar» y «meter en casa».
Vamos a ver:
«Somos tolerantes con que se hable gallego, o vasco, o catalán. Pero en casa.»
«Somos tolerantes con los homosexuales. Permitimos que se den besitos – en su casa.»
¿Correcto? ¿O NO?
Las religiones, al igual que las lenguas, tienen una dimensión pública. Todo acto cultural que se realiza colectivamente, es, por un propia naturaleza, un acto que posee una dimensión pública.
Igual que las lenguas. El hecho de que exista libertad para hablar varias lenguas dentro de un territorio no quiere decir que el acto de hablarlas sea «privado». Muy al contrario, todos los defensores de las lenguas minoritarias saben que una legislación que se limite a permitir el uso de una lengua «en privado» es una legislación represora de dicha lengua, por vía pasiva o de inanición.
Decir que la religión es un «acto privado» significa una reclusión del ámbito social de la religión, y por tanto es una medida contraria a la religión. La religión, como cualquier otra manifestación cultural, debe poder expresarse públicamente en un estado laico. De la misma forma que podemos, y solemos, hacer profesión pública de nuestras preferencias políticas y estéticas.
A mí no me molesta que un musulmán lleve símbolos religiosos, sea en su trabajo o por la calle. Me parece un atraso, en cuanto a tolerancia, que los tenga que ocultar. Y llamar a eso «laicismo tolerante» me parece una perversión semántica. Lo mismo si el obligado a ocultarse es un católico – por supuesto.
Completamente de acuerdo con el artículo. En el nombre de la igualdad ante la ley permitimos a todo el mundo expresarse y actuar de acuerdo con sus convicciones, siempre y cuando estas no vayan contra la igualdad de todas las personas. Desafortunadamente la segunda parte de la frase la estamos olvidando en nombre de lo políticamente correcto y del qué dirán.
Una cosa es que se permita a cualquiera practicar la religión que elija y otra cosa es que en nombre de esa religión se le permitan saltarse las reglas.
#5 No, precisamente de lo que se trata es de que la religión se puede ejercer líbremente, pero eso no quiere decir que para que tú puedas ejercerla yo me tenga que meter "en casa". La tolerancia religiosa o de cualquier otro tipo se acaba en el momento en que todas las partes no están dispuestas a ser tolerantes y exigen que sus costumbres se respeten por encima de la ley.
#6. En Menéame hay por ahí otra noticia de una mujer que no puede ir al trabajo con con su crucifijo al cuello. ¿Tolerancia? ¿Laicismo?
Mi médico de cabecera tiene en un despacho, colgado en la pared, material exaltador de la II República Española. ¿Es legítimo? ¿Debería quitarlo? ¿Tendríamos que denunciarlo?
Agradecería respuestas razonadas y concretas, más que adhesiones a lemas que, por lo demás, suelen ser todos ellos muy bonitos.
#7 #6 solo una cosa, en lugar de negativizaros deberíais pensar que, primero, son opiniones respetuosas, y segundo, que los dos llevais buena parte de razón.
Estoy de acuerdo con #5 , pero creo que #5 olvida la parte importantísima de la que habla #6 respecto a que hay creencias religiosas que NO son respetuosas con los demas. Si alguien ataca a la homosexualidad en base a sus creencias, respetarlo porque es algo religioso, es dejar de respetar a los homosexuales, y esto significa que se está reprimiendo, denigrando o poniendo en peligro a muchas personas, lo cual es inadmisible. Una cosa es llevar símbolos, otra es hacer proseletismo de valores contrarios a los derechos humanos, cómo contínuamente hacen muchos religiosos cristianos e islámicos.
#8. solo una cosa, en lugar de negativizaros deberíais pensar que, primero, son opiniones respetuosas, y segundo, que los dos llevais buena parte de razón.
Precisamente, no lo negativicé hasta que vi que me había negativizado.
Estoy de acuerdo con #5 , pero creo que #5 olvida la parte importantísima de la que habla #6 respecto a que hay creencias religiosas que NO son respetuosas con los demas.
No lo olvido. Para eso está la legislación. Por otra parte, conviene distinguir entre tener una opinión favorable a una imposición y, la imposición de hecho. Yo, personalmente, soy bastante abierto con respecto a lo primero.
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