Hace 14 años | Por Feindesland a lavanguardia.es
Publicado hace 14 años por Feindesland a lavanguardia.es

Hoy estoy de lunes". Empieza la semana, las caras largas inundan la oficina. El malestar es palpable. Y no tiene nada que ver con la crisis, pues en 2006, en plena bonanza económica, el 48% de la población activa reconocía padecer algún trastorno psicológico derivado de su trabajo: "burnout", estrés, "mobbing", depresión...

Comentarios

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Estoy de acuerdo con el artículo, lo subscribo al 100%. Lo peor de estas empresas es que están "gestionadas" por gente tan incompetente que son incapaces de ver el aumento tan brutal de productividad que supone tener a gente contenta. Gente que cuando llega el lunes están encantados de volver a su trabajo porque van a colaborar con gente increible en encargos con los que disfrutan.

En fin, supongo que es la mentalidad Española tradicional una vez más cayendo en los mismos errores de siempre. Creer que la riqueza en el mundo es algo finito y para ser rentable como empresa has de minimizar el denominador, es decir las condiciones laborales de tus colaboradores.

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Es el día a día, yo lo he sufrido en una de las consultoras que desde fuera tiene una imagen de multinacional responsable y bla bla bla y después es una basura. Proyectos realizados con mucha menos gente de la prometida al cliente, presión terrible para conseguir los resultados y cuando no los obtienes porque es imposible te machacan hasta llevarte al ostracismo.

Me alegro de haber salido de ese sitio tan infame que estare gustoso de no recomendar a mis conocidos si me piden referencias.

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A veces va por épocas, dependiendo de los directivos de turno.
He estado muchísimos años trabajando en una empresa en la que precisamente no se hablaba nada de visión, misión, valores, etc., pero se trabaja bien, colaborando con los compañeros, sin importar las horas de trabajo. Tu superior conocía el trabajo que hacías y sabia los limites. En cualquier reunión podías expresar, sin ningún temor, puntos de vista diferentes o contrarios. Te gustaba levantarte para ir a trabajar y sentías que todo lo que hacías era importante.
En cambio en otras épocas desayunabas con la misión, almorzabas con la visión y te reunías con el equipo escuchando la melodía corporativa, para pensar la versión V5000.99.99 de la composición ideal de valores. Carteles con la misión, visión, valores pegados hasta en la taba del retrete. Seminarios exclusivos y consultores de actitudes incrustados hasta en la caspa. Normalmente en este periodo, las personas que promocionaban, tenían más visión, entendían mejor la misión, y entendían los valores como nadie, en otras palabras, el rey del garito, se rodeaba sin descaro por los más pelotas y esto se expandía a todos los niveles. Levantarte para ir a trabajar era penoso y el resto de la jornada no lo era menos.
En las empresas, como con las personas: dime de que te presumes y te diré lo que te careces.