Por fin un lugar donde esta bien definido. Las personas con un trastorno antisocial de la personalidad mantienen conductas socialmente irresponsables, que reflejan desconsideración hacia los demás. Muestran falta de interés o de preocupación por los sentimientos de los demás. Ausencia de remordimientos por el daño que pueden causar.
Transtorno antisocial de la personalidad, anteriormente conocido como sociopatía, anteriormente conocido como psicopatía (¿qué será lo siguiente cuando el término "transtorno antisocial" se desgaste?)
Creo que todos conocemos a alguien que se ajusta al perfil. De hecho muchos llegan bastante arriba en las organizaciones (corporaciones, partidos políticos, ...) porque aunque parten con desventaja (falta de empatía, capacidad de ponerse en el lugar del otro), a poco que sean un poco inteligentes, suplen sus carencias con otra carencia: la de escrúpulos.
Los psicópatas que son delincuentes (una minoría, que nadie se asuste, jeje) no suelen responder a tratamientos de concienciación como el resto de nosotros, por esa imposibilidad de emular la mente del otro.
Comentarios
vamos un TROLL de toda la vida...
Por desgracia conocí a alguien que cumplía el 100% de todos estos puntos.
Yo lo veo más como la clasificación definitiva de los estupidos del libro de la estupidez humana de Carlo Cipolla:
http://www.personal.able.es/cm.perez/estupidezhumana.htm
Transtorno antisocial de la personalidad, anteriormente conocido como sociopatía, anteriormente conocido como psicopatía (¿qué será lo siguiente cuando el término "transtorno antisocial" se desgaste?)
Creo que todos conocemos a alguien que se ajusta al perfil. De hecho muchos llegan bastante arriba en las organizaciones (corporaciones, partidos políticos, ...) porque aunque parten con desventaja (falta de empatía, capacidad de ponerse en el lugar del otro), a poco que sean un poco inteligentes, suplen sus carencias con otra carencia: la de escrúpulos.
Los psicópatas que son delincuentes (una minoría, que nadie se asuste, jeje) no suelen responder a tratamientos de concienciación como el resto de nosotros, por esa imposibilidad de emular la mente del otro.