Investigadores en Finlandia informan del éxito en el empleo de un fertilizante poco común en las granjas, que es económico, de disponibilidad abundante, e innegablemente orgánico: la orina humana. Su informe sobre el uso de orina para abonar las cosechas de repollos apareció publicado en la edición del 31 de octubre de la revista de ACS Journal of Agricultural and Food Chemistry.
Comentarios
Mientras no se le pase el gusto al producto...
Eso no es nada nuevo, a ver por qué os creéis que salen tan ricos los calçots...
Reinventando el botijo.