CP: “Los tiempos son difíciles. El crecimiento económico está estancado. La factura de servicios públicos se ha disparado y sólo se prevé que seguirá creciendo mientras disminuyen los ingresos de la nación. (…) La conclusión: el país ya no puede permitirse el estado de bienestar”. Sólo que estas frases que nos parecen tan actuales (y tan exportables al discurso pepero en España) se formularon en 1982. (...) La asistencia social debía enmarcarse en un contexto de “eficiencia y economía, y siempre en una cuestión de precio y nunca de valor“.
Comentarios
Como siempre, la poca memoria (en este caso de los europeos) se pagará bien cara. El desmantelamiento del Estado del Bienestar realizado por la dama de hierro arrastra graves consecuencias hoy en día. Los servicios, ahora privados, funcionan de una forma muy deficiente y resultan mucho más caros que cuando eran públicos.
Sin embargo, vamos a repetir los mismos errores en otros países. ¿Por qué? Porque los que están impulsando estas medidas no se verán afectados. Representan a un sector minoritario de la sociedad que no hace uso frecuente del sistema público. Llevan a sus niños a colegios privados y son fieles a exclusivas clínicas privadas. Cuentan con planes de pensiones privados y dinero de sobra para pagar lo que las compañías correspondientes les pidan. Por eso, no les importa en absoluto si los demás (es decir, casi todos) sufren un claro deterioro en su bienestar.
Para cuando queramos recuperar los servicios públicos, que como ella, se están cargando los neoliberales, podremos importar sanitarios del Reino Unido, como ellos hacen ahora.