[c&p] Charles Perrault (1628-1703) se hizo célebre por recoger antiguos relatos de la tradición popular francesa y adaptarlos a los gustos refinados de la corte de Luis XIV. Para lograrlo, tuvo que suavizar la crudeza de las versiones originales, cuyo contenido era especialmente violento, escatológico y sexual y, por tanto, inapropiado para el público al que iban destinados (a diferencia de los hermanos Grimm, que, en sus cuentos, fueron más fieles a las tradiciones populares alemanas en las que se basaban).
Comentarios
Los cuentos se pueden leer de dos maneras: una, cuando eres niño y piensas que eso en realidad ocurrió hace muchos años; otra, cuando eres adulto, y eres consciente de su invención. Y, curiosamente, su fascinante combinación de belleza y terrible violencia, te chocará más siendo adulto que siendo niño. Cuando eres mayor, te asombras de que las hermanastras de Cenicienta se cortasen los talones, que la madrastra de Blancanieves tuviera que bailar con sandalias de hierro candente hasta que cae muerta, que el ogro matase a sus propias hijas en Pulgarcito, que el Lobo devorase a seis de los siete cabritillos y que luego la madre y el cabritillo menor le abriesen en canal para sacarlos y le llenasen la tripa de piedras, o cositas así... cuando eres niño, todo te parece "que se hizo justicia".
Recuerdo que cuando fui a ver La bella y la bestia al cine, que tendría unos doce años, la sala estaba llenita de niños, algunos muy pequeños... cuando Gastón, el malo, se mata cayéndose del tejado, esos candorosos niñitos se pusieron a aplaudir y a decir "¡bieeeeen...!". Por un momento, pensé que estaba rodeada de futuros psicópatas, pero enseguida me dí cuenta, que quizá, yo hubiera reaccionado igual... era el malo, no había dejado de fastidiar, había pretendido matar a Bestia y forzar a Bella... su OBLIGACIÓN, era morirse.
Es curioso lo... trivial que puede parecerte una muerte cuando sólo eres un niño.
#15 Interesante la reflexión. Lo que yo me pregunto es hasta qué punto esos cuentos nos "educan" y son "responsables" de actitudes ya de adultos.
#16 precisamente eso es sobre lo que reflexiona el libro de Bethelheim, sobre los mecanismo que aprendizaje o preparación que proporcionan los cuentos infantiles, en temas como por ejemplo el concepto de la muerte.
#15 Lo comparta o no, premio al comentario más trancendente de este hilo.
-Caperucita a donde vas?
-Al río a lavarme el coño!
-Joder como ha cambiao el cuento!
[/barragan off]
Aunque perteneciente a una figura bastante o muy controvertida, existe un libro de muy recomendada lectura que analiza el aspecto psicológico de los cuentos infantiles: The Uses of Enchantment: The Meaning and Importance of Fairy Tales de Bruno Bethelheim (Editado en España por Crítica bajo el título de Psicoanálisis de los cuentos de hadas.)
Para Bethelheim los cuentos infantiles, incluso a veces en su crudeza, proveen al niño con mecanismos subconscientes para combatir miedos y ansiedades. Es un tema realmente interesante, por muy simple que pueda parecer en un principio, la psicología que se esconde tras muchos de estos cuentos.
Un poco gore diría yo ^^
—Mañana para la cena quiero comerme a la pequeña Aurora.
—¡Ay, señora! — dijo el mayordomo.
—¡Lo quiero! — dijo la reina (y lo dijo en un tono de ogresa que desea comer carne fresca) — y deseo comérmela con salsa Robert
Por cierto, grande Doré, otro cuya obra me ha traumatizado desde enano, que tenía una Biblia y un ejemplar de "La divina comedia" ilustrados por él. Tener 12 años y contemplar las torturas y los castigos divinos grabados por este genio, en un tiempo en que la violencia no era la salsa de los telediarios, no tiene precio.
#4 En aquella época la gente acudía a las ejecuciones como quien se va una tarde al teatro.
A mi me encanta como muestra historias llenas de crudeza y realidad frente a las virtuosas y fantasiosas de Disney.
Buenísima también la versión de Cenicienta en la que una de las hermanastras se corta el talón del pie y la otra los dedos, para poder ponerse el zapatito.
Yo tenía un libro amarillo grande con cuentos de Charles Perrault. Estaban más o menos adaptados a niños y no eran muy gores, aunque el de Pulgarcito y el de Barbazul si conservaban sus partes violentas.
#13 Ah sí, también tenía un par de los Hermanos Grim que sí que eran tal cual, recuerdo que cuando los leí ya era un poco mayor y me impresionó mucho ver lo distintos que eran de las versiones Disney.
Estúpido y sensual mezvan.
Según se sabe, el cuento de Caperucita Roja surgió para evitar que las niñas se adentraran en el bosque ya que los campesinos las violaban.
Yo tengo un libro con algunos cuentos de Perrault, y recuerdo que cuando leí de pequeña el de Barba azul flipé. Me pareció el cuento tan bestia y extraño que cogí algo de miedo al libro y no seguí leyendo sus cuentos hasta años después.
Muchos de los cuentos de los Hermanos Grimm, así como de Perrault y otros escritores están basados en sucesos ocurridos realmente, según tengo entendido.
El recopilarlos, aún modificándolos, era buena forma de alertar a la gente y avisarles sobre las consecuencias que podían tener ciertas acciones.
#21 Barba Azul... en mi caso fue peor, que conocí la historia no en un libro, sino en una inofensiva cinta VHS de dibujos animados con cuentos para niños. Aaaay, en realidad era un anime de lo más bestial, con las imágenes de las mujeres encerradas fugazmente mostradas, como en flashes... De pesadilla.
Con la situación de hiperprotección pedagógica e hipersensibilidad existente hoy en dia sería imposible que Perrault hubiera publicado sus cuentos para niños... tal vez en 4chan...
¡Lo había sospechado siempre!
Ni de lejos se puede comparar con los hermanos Grimm, aunque sólo sea por la literatura...
Incluso suavizados eran bastante traumáticos. Recuerdo cuando los leí de pequeña que ya me parecieron un poquillo salvajes.
Vaya, otro mito de la infancia que se me desmorona, justo el mismo día en el que me entero de que los Reyes Magos no existen
Cuanto a cambiado el asunto...
yo tenía un libro de peque de un cuento para cada día del año y el de barba azul me aterraba :S, si lo leía luego no me podía dormir del miedo que me daba. Era el único cuento que me saltaba