A finales del siglo XIX, Palestina formaba parte del Sultanato otomano y contaba con aproximadamente un 3-4 % de población judía, un 10-11 % de población cristiana y un 85-86 % de población musulmana –en su mayoría sunni–. Todas estas comunidades hablaban árabe y habían convivido durante más de un milenio en una Palestina caracterizada por la diversidad. Después de vivir su apogeo entre el final de la Edad Media y el principio de la época moderna, en el siglo XIX el Sultanato entró en su etapa de decadencia final.