No es tan conocida como X, Amazon o Facebook, ni su fundador tan rico como Elon Musk, Jeff Bezos o Mark Zuckerberg, pero el Gobierno estadounidense ya no podría entenderse sin Palantir. Tampoco Israel. Y, pronto, Europa. Fuera de Estados Unidos y dentro de él, por supuesto, pocas personas hay que no sepan ya quién es Elon Musk. El tipo que compró Twitter, el de Tesla, el que quiere ocupar el planeta Marte. También el hombre más rico del mundo, un mérito que le permitió estar muy cerca de Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca.