Por hablar claro, vivimos un momento de mierda. Una explosión de estupidez y mala educación que nos rodea y que, más temprano que tarde, esta es la buena noticia, acabará pasando. Es cuestión de tiempo que deje de estar de moda ser un psicópata. Volveremos a arrinconar a quienes defienden una libertad consistente en perseguir al diferente, hablarle mal al camarero, justificar un genocidio, aparcar en la acera o negarse a pagar impuestos.