Algunos ejemplos de pensamientos intrusivos pueden ayudar a comprender mejor el fenómeno, debido a que pueden ser de diversos tipos, pero aún así no son representativos de los deseos o intenciones reales de la persona. Por ejemplo:
Pensamientos agresivos: "¿y si hago daño a alguien?".
Miedos irracionales: "¿y si me olvido de algo importante?".
Pensamientos no deseados de naturaleza sexual: pensamientos inapropiados o no acordes con los propios valores.